En cuanto el grupo de Facebook “Lo que quieres saber de Puebla” publicó una fotografía de la calle de Los Gallos, de la contraportada del libro “La Gran Ilusión Urbana” de Carlos Contreras Cruz, para que llovieran recuerdos de su olor y su sabor.

Se trata de dos cuadras sobre la 6 Poniente, entre la 3 y 5 Norte, que formaron parte de la extensión de la vendimia del Mercado de La Victoria, pero que por décadas generó varios recuerdos entre los poblanos.

Su nombre surgió en el siglo XVIII y se relacionó con las peleas de gallos que terminaron por prohibirse. Su popularidad acabó en los ochentas, al cerrar el mercado para reubicar la actividad comercial del Centro Histórico en nuevos espacios.

Entre los usuarios de la red social hubo recuerdos de todo, pero en especial de los sabores y olores que se podía experimentar al visitar la calle de Los Gallos en su infancia y juventud.

Entre los cincuentas y ochentas, recuerdan que ese era el lugar para ir a comer cemitas de pata de res en vinagre, refrescos Jarrito y también unas aguas que se servían con nieve y cuya receta añoran varias personas.



En un recuerdo curioso, el internauta Jaime Cervantes contó que en 1954 el poeta, político y entonces funcionario federal Carlos Pellicer vino a Puebla a una ceremonia como orador y que aunque pretendían llevarlo a comer a un lugar formal, pidió lo tradicional.

Así que terminaron por comer con él en la calle de Los Gallos un menú que no olvida y que incluyó sopa de fideo, mole poblano con su pierna de guajolote y sus respectivos frijoles refritos.

Los olores que los internautas recuerdan tienen que ver con las dos grandes vendimias de temporada de Día de Muertos y Navidad, donde se ofrecían frutas, dulces e inciensos.

También recuerdan que en esa calle estaba el Cine Constantino que, cuentan entre risas, era un divertido lugar donde se te podían pegar los piojos y en donde tenías que llevar un palo por asustar a las ratas.

Además, estaba la tienda de velas El Faro que aún tiene su local, la frutería La Orizabeña, la zapatería Vallejo y la ostionería La Gloria, entre otros negocios más.

Un sitio que aún abre sus puertas y que permite no olvidar que esa fue la calle de Los Gallos, agregó otro internauta, es una cantina que ahora se conoce como El Recreo de Los Gallos.

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