Hoy La Victoria es una plaza comercial donde hay una cadena de ropa nacional, escaleras eléctricas e incluso negocios de antojitos asiáticos. Pero ¿sabes cómo era en la antigüedad?
Según los antecedentes, fue un espacio dedicado a la vendimia en 1854 cuando inició operaciones haciendo honor a Guadalupe Victoria. Luego, en 1914 se remodeló en la etapa de Porfirio Díaz y en 1986 cerró sus puertas a la venta productos perecederos.
Durante los siguientes ocho años los nuevos mercados de la ciudad creados por el gobierno municipal, vivieron su auge, por lo que La Victoria enfrentó el abandono hasta que en 1994 lo rescató la Fundación Amparo.
A través de las redes sociales, decenas de poblanos han recordado cómo era la antigua vida del Mercado La Victoria y han dejado evidencia de cómo se vendieron antojitos, carnes y flores con el ambulantaje ordenado.
Desde 1884 y durante las siguientes décadas se vendieron ahí las Cemitas Amalita que, según fotografías, eran muy famosas entre los poblanos antojadizos de este platillo que ha perdurado durante varias generaciones.

Otro recuerdo de La Victoria en los años treinta es el de las carnicerías que tenían surtido variado en su aparador y en las que, como sucede en los centros de abasto actuales, había altares de imágenes católicas.

En 1951, los ambulantes tenían credencial, según cuenta Víctor Eduardo Quiroz Pérez al recordar a su mamá y mostrarle al mundo que un día Puebla tuvo hasta estatutos para ordenar al comercio popular.

En otras fotografías, los aficionados a la historia se han enfocado en hacer comparaciones como esta que muestra un local donde hoy venden ropa, pero que hace 57 años fue un negocio de pollo fresco.

Hacia los setentas, pocos años antes de que La Victoria dejara de ser un mercado, también hubo vendimia de flores en lo que hoy es el quiosco y punto de reunión de varios poblanos.
