Conocer el lugar donde la emperatriz Carlota celebró su cumpleaños en Puebla es posible, ya que es un sitio histórico que combina tradición, arquitectura colonial y relatos de la llegada de los emperadores Maximiliano y Carlota en 1864. Este inmueble, hoy convertido en hotel, fue testigo de un fastuoso baile y de las celebraciones que marcaron la visita de la realeza europea a la Angelópolis.
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El 7 de junio de 1864, Carlota de Bélgica celebró su vigésimo cuarto aniversario en Puebla. Durante su estancia, la emperatriz asistió a misa en la Catedral, recorrió la ciudad junto con Maximiliano y disfrutó de un desfile militar desde el Palacio Episcopal. Además, solicitó conocer los lugares afectados por el Sitio de Puebla, incluyendo el antiguo Hospicio para Pobres, y ordenó su reconstrucción inmediata tras conmoverse por el estado de los edificios.
Los emperadores arribaron la noche del 5 de junio de 1864 y fueron recibidos con cohetes, repique de campanas y un desfile de ciudadanos. El 6 de junio, su entrada a la ciudad estuvo marcada por arcos monumentales, calles decoradas con banderas y escudos, y la presencia de autoridades y vecinos que les rindieron homenaje.
Durante su estancia, se alojaron en la casa de campo de Xonaca, que perteneció al obispo Francisco Pablo Vázquez y Sánchez Vizcaíno, un inmueble con patios, jardines, cocina con talavera y habitaciones amplias que ofrecieron comodidad a los soberanos.
Para celebrar el cumpleaños de Carlota, se organizó un baile suntuoso en la antigua Alhóndiga, en el pasaje del Ayuntamiento. La emperatriz deslumbró a la sociedad poblana con su belleza y elegancia, portando un vestido de seda blanco, corona de diamantes y esmeraldas, y brazaletes de oro.
La cuadrilla de honor y el baile posterior reunieron a la elite local, quienes pudieron interactuar con los emperadores en un evento que quedó registrado como uno de los más importantes de la historia de Puebla.
El Hotel Alhóndiga, ubicado en el Pasaje del Ayuntamiento, conserva su fachada original de cantera gris y guarda un ambiente antiguo en sus áreas compartidas como el vestíbulo, muros y escaleras. Originalmente, el inmueble funcionó como alhóndiga para la compra y venta de granos, y a lo largo de los siglos ha sido modificado varias veces, manteniendo su valor histórico y cultural.
Hoy, cuenta con 50 habitaciones y servicio de restaurante, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de recorrer y admirar su arquitectura mientras disfrutan de la gastronomía poblana.
Por lo que caminar por el Centro Histórico de Puebla permite conocer este emblemático sitio donde la emperatriz Carlota celebró su cumpleaños, revivir momentos de la historia imperial y admirar la fusión de tradición, cultura y hospitalidad que ofrece el Hotel Alhóndiga. Además, los visitantes pueden apreciar detalles de la decoración, techos y paredes que evocan la elegancia de la época y comprender la importancia histórica del lugar.