El Puente México, ubicado sobre el bulevar Forjadores, es uno de los más antiguos del estado y fue mandado a construir por la importancia que tenía estar bien comunicado y además tener un paso rápido y ligero para los viajeros a la capital del país.
Historiadores señalan que este puente es uno de los primeros que se edificó en el estado, cuya característica fue que únicamente podían circular carretas, que eran medio de transporte de esa época.

El puente que conocemos actualmente se comenzó a construir en 1708, ya que el 10 de agosto de 1707, una crecida arrastró el antiguo puente, construido en el siglo XVI.
De acuerdo con David Ramírez Bultrón, fundador Puebla Antigua, en los remates de cada uno de los postes estaban colocados dos escudos de piedra, el de la derecha tenía grabadas las armas de la nobilísima ciudad de Puebla y el de la izquierda el de la Casa de Veytia.
Sobre la clave de cada arco se colocó el escudo del virrey Duque de Alburquerque Don Juan Francisco Fernández de la Cueva Enríquez.

Sin embargo, con el paso del tiempo, a excepción de las claves de los arcos, todas las inscripciones del puente se han perdido.
El puente de México tiene una longitud de 204 metros de largo y los pilotes que lo sostienen miden alrededor de 23 metros de alto, los cuales han sobrevivido por más de 300 años.
Asimismo, de acuerdo con la página de Puebla Antigua, este puente fue cruzado por Antonio López de Santa Anna y Manuel Gómez Pedraza, quienes se dirigían a la hacienda de Zavaleta para reunirse con Anastasio Bustamante y Miguel Ramos Arizpe.
En la actualidad esta obra arquitectónica es una de las más importantes vías de comunicación del estado de Puebla.

En 1974 se construyó un segundo Puente, unos metros más al sur, para salvar el paso del río, recibiendo el nombre de "Nuevo Puente de México”.
La leyenda del Puente de México
El Puente de México también fue llamado el “Puente de las Ánimas”, pues la leyenda dice que antes de su construcción, en 1707, una terrible tormenta se llevó todo lo que los trabajadores habían levantado y con ella a todos los obreros, quienes murieron bajo los escombros.
Después de ese fatal accidente, los habitantes aseguraban que en las noches comenzaron a escuchar las almas de los trabajadores que no podían trascender ni seguir su camino al más allá.
Hasta la fecha, este lugar guarda muchas historias y leyendas. Algunas personas, aseguran que han visto hombres trabajando de noche y conforme se acercan, estos desaparecen.