Una familia proveniente de Italia vio en Puebla una tierra de oportunidades, una ciudad que encantó, con sus paisajes naturales por sus volcanes y cielo azul, a José Cernicchiaro Maimone, fundador de fábrica de pastas.

La pasión por la pasta, como reza su eslogan, permitió que en noviembre de 2020 se cumplieran los primeros 100 años de esta empresa cien por ciento familiar que ha visto pasar cinco generaciones.

Lamentablemente, a causa del Covid-19, los descendientes del señor Cernicchiaro no pudieron celebrar como lo habían imaginado, para recordar cómo lo que inició en 1920 como un expendio de pastas provenientes de Italia, se convirtió en lo que hoy es

Algunos descendientes de trabajadores en a través de redes sociales, compartieron memorias de los inicios del expendio que se ubicaba en la calle 4 Poniente número 713, en el Centro Histórico de Puebla.

Ahí solo se vendía espagueti que llegaba de Europa, pero la visión de su fundador hizo que se pasaran a la calle 28 Poniente y 13 Norte, de la colonia Santa Anita con la meta de preparar la pasta al estilo de las cocinas europeas y ofrecer una variedad a los clientes.

Los empleados, además de los hijos del fundador, fueron los vecinos de esta colonia, quienes comenzaron a descargar los bultos de harina que recibían para la preparación de la pasta que cobraba fama en la ciudad.

En 1950 crearon el horno de harina Blas para abastecer la materia prima de la pasta, y posteriormente para la elaboración de galletas de la marca GISA, lo que desprendía un rico olor que perfumaba las calles de la colonia.

Italpasta: así fue como una familia migrante creó un emporio con la pasta
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Se han cumplido 100 años de esta empresa en Puebla

Una década después, se instalaron las primeras líneas de producción continua con la ayuda de técnicos italianos que llegaron a México, a fin de capacitar en la instalación y manejo de las máquinas.

Hoy , conocida por todos como la Italpasta, emplea tecnología de punta en sus procesos y es reconocida a nivel nacional e internacional, ya que se estima que al mes obtienen una producción de 42 mil toneladas de productos que, cerca del 60 por ciento abastece al país y el resto a Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica.

En el mercado se puede encontrar espagueti, lentejas menudas, sombrero fantasías, caracol chico, fideos tallarín, calabacita, lasaña con pasta orgánica y pasta de vegetales, todo hecho en Puebla, pero también galletas, arroz y harinas.

Ante la expansión es que surge de fábrica de pastas, a , que aglutina otras compañías fundadas por la misma familia, como Galletas GISA, Molino Harinero San Blas, Italgrany que se encarga de auxiliar al molino en la compra y logística para el abastecimiento de trigo, maíz y arroz, y Transportes Aliano, compañía de transporte y logística que cuenta con una flotilla de tracto camiones, remolques, pipas para transportar harinas y camionetas.

Cuenta con nueve plantas productivas, siete en Puebla, una en Irapuato y otra en Salamanca, Guanajuato que, en conjunto, emplea a 2 mil 500 colaboradores.

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La variedad de productos ha crecido

Como toda industria, antes de la pandemia por Covid-19, en las instalaciones de Italpasta se recibía la visita de grupos de estudiantes de diferentes niveles educativos, quienes podrían observar cómo se lleva a cabo el proceso de elaboración.

De esas visitas se inspiraron niños y jóvenes para ser panaderos, ingenieros, diseñadores industriales o emprendedores, al menos es lo que se comenta en las redes sociales.

Como parte de la celebración de 100 años, dos restaurantes en Puebla: La Noria y Restauro, crearon el Festival de la Pasta, con la presentación de 10 platillos inspirados en la Italpasta.

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