En el Centro Histórico de Puebla hay varios comercios de antaño y de diversos giros, que con el paso del tiempo se mantienen en el gusto de los poblanos, siendo uno de los más antiguos La Cadena, que abrió sus puertas desde 1911.

En la calle 3 Norte 810 Don Florencio Zavala Salgado tuvo la idea de abrir este local como mercería, donde las amas de casa podían obtener hilos, agujas, listones, aros para bordados, madejas, dedales y un sinfín de artículos para sus labores o para trabajos escolares.

La familia cuenta que antes de abrir este local, Don Florencio recorría las calles de Puebla con su velís en mano lleno de carretes de hilo, listones y botones que vendía de puerta en puerta.

Con mucho esfuerzo, dedicación y motivación inauguró lo que sería la primera tienda de mercería en la ciudad de Puebla, y en la cual más tarde incluiría artículos de papelería, la cual se mantiene vigente.

Para las familias poblanas es obligado recurrir a este local, o en la sucursal que está unos metros adelante, para comprar desde un alfiler o una goma, hasta panderos, máscaras de huehues, guitarras y demás artículos.

Por la variedad de productos que comercializan también son referente para los involucrados en la industria de maquila y confección, modistas y sastres, estudiantes de corte y confección.

Sus propietarios, siempre preocupados por satisfacer a sus clientes, también adquirieron artículos para todo tipo de manualidades y decoración, así como productos de temporada.

La Cadena, con más de 50 mil artículos de papelería y mercería, muestra una pequeña parte de éstos en sus dos exhibidores que se distinguen en la fachada del comercio, ya que son dos grandes cajones que están de lado a lado de la entrada del negocio.

Al caminar sobre la banqueta de este comercio es obligado voltear a ver lo que se vende, pues las vitrinas están llenas de objetos coloridos o sobrios, de diversos tamaños, formas, texturas y materiales.

Se puede conseguir todo cuanto imagine, parches para tela, flautas, acuarelas, gises, figuras en miniatura para maquetas, moños, ganchos para tejido, bisutería, alcancías, paliacates, sombreros, flexómetros, diamantina, chaquira, plumas en diversos colores y tamaños, y mucho, mucho más.

Entrar al comercio era hablar fuerte para que tu pedido se escuchara por una de las muchas mujeres dependientas del sitio, todas uniformadas con su mandil rojo con bies blanco, y muy activas para surtir los pedidos.

Pese a la competencia, la incursión de diversos locales similares en el Centro de Puebla, La Cadena se mantiene abierta al público, si bien ya no tan concurrida como antaño, pero sí sigue siendo frecuentada por sus clientes fieles.

Hoy es administrada por los hijos y nietos de Don Florencio Zavala, quienes han creado el Grupo MerPap que, entre otras cosas, no solo son distribuidores, sino también fabricantes de artículos de mercería y papelería.

La meta es seguir posicionados por su gran variedad y surtido de artículos, con su excelente atención a clientes minoristas, mayoristas y distribuidores a lo largo de todo el país, principalmente en la zona sureste de México.

Su presencia en Puebla le ha valido para ser una empresa reconocida por el gobierno de Puebla como una de las 475 empresas distinguidas del estado.

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