El 11 de diciembre de 1987, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), declaró al Centro Histórico de Puebla como Patrimonio Cultural.

A 34 años de esa distinción, la conservación de sus fachadas e inmuebles está en riesgo latente.

En una conversación con, el historiador Alejandro Montiel Bonilla recordó que obtener ese reconocimiento fue un proceso largo, pues primero fue la declaratoria de monumentos históricos en 1977 por la Presidencia de la República.

El especialista también compartió los retos a los que se enfrenta la ciudad de Puebla para continuar manteniendo ese nombramiento.

-¿Cuántos monumentos abarcan la declaratoria y realmente se ha invertido en su conservación?

-Son alrededor de 2 mil 619 monumentos históricos, en 331 manzanas de la capital poblana, en un polígono de 9 metros cuadrados. Todos los gobiernos han hecho lo que han podido, lo que ha estado en sus manos, algunos invierten más, algunos menos, pero todos.

Lo que tenemos que encarar es que si no hay una inversión privada fuerte que venga a cimentar los rescates que ha hecho el gobierno, que le dé vida, no habrá manera de que el patrimonio siga en pie.

Hay joyas que tienen muestras de Talavera del siglo XVIII y son las únicas y están completamente abandonadas.

Si no se da ese paso en el que se incentive con mayor rapidez la inversión privada, un poco de lo que se hizo en la Ciudad de México con Carlos Slim, está en riesgo.

El patrimonio de Puebla, su futuro en los próximos lustros, no será muy brillante tomando en cuenta que debido a la pandemia vivimos una crisis económica sin precedentes.

En ese sentido, el patrimonio es en lo que menos se piensa porque se prioriza la salud, seguridad, educación. Hoy, el rescate del patrimonio es raro que se dé, se tiene que acelerar e incentivar la inversión privada en inmuebles históricos.

-¿Cómo se recibe este aniversario?

-Lo recibimos en medio de una crisis provocada por la pandemia del Covid-19 muy fuerte.

Se recibe con un poco de indiferencia por parte de la población, no de las autoridades, saben hacer lo suyo.

En las fachadas se pueden ver grafitis, la suciedad en general, Puebla no comprende la grandeza de su patrimonio. No se debe pensar que los monumentos y sitios históricos que tiene la ciudad son únicos en el mundo, al contrario, son lugares que nos conectan con otros países.

-¿Cómo empatar el patrimonio histórico con la actualidad?

-Los programas del gobierno son esenciales. Cómo provocas vivienda, inversión, que los comercios que están se mantengan, y se extiendan, cómo no los dejas morir, porque eso es lo que ha pasado en muchos centros históricos de México, hay zonas comerciales, pero ya no hay una zona de vivienda.

Hoy el Centro Histórico de Puebla tiene esa virtud, pero tiene que ir acompañada con una inversión inteligente.

Si copias modelos de otros países, en el sentido de que quieras poner tiendas de lujo porque la arquitectura es monumental, eso provoca que los precios se vayan hasta arriba y eso genera que la gente que ha vivido 100 años en el centro se vaya, eso no puede provocar un círculo virtuoso en términos de turismo.

-¿Cuál es el modelo de turismo cultural que se quiere para el centro de Puebla?

-Esa es la incógnita, se quiere copiar el modelo español, lo que está sucediendo en Barcelona, en Madrid, donde los precios de las rentas están botando a toda la gente que históricamente vive ahí. Es un poco del destino de estos centros que tenemos tan hermosos, tan monumentales. Eso se tendría que discutir de fondo, qué modelo se quiere realmente para los Centros Históricos.

-¿Cuál es el papel de intelectuales, historiadores, cronistas?

-Hemos pecado un poco el gremio cultural, intelectual, en regocijarnos en nuestros propios simposios, encuentros, que todos nos conocemos y somos siempre los mismos. No hemos sido capaces de llegar al gran público, por ejemplo, al sector de los niños. Entonces, si al Centro Histórico sólo lo haces para turistas, no tiene mucho sentido, sino que vaya enfocado al poblano, que el ciudadano originario sea el primero en defender por qué es importante la Catedral de Puebla, además de estar bonita.

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