Plaza Dorada fue el primer centro comercial que hubo en la ciudad de Puebla. Abrió sus puertas en 1980 y a lo largo de cuatro décadas ha visto pasar diversas marcas, tiendas de productos y servicios, pero hay algunos negocios que se mantienen vigentes gracias a la preferencia de los poblanos y visitantes.
Plaza Dorada se localiza en la colonia Ladrillera de Benítez, sobre el Bulevar 5 de Mayo, entre la 31 Oriente y 43 Oriente. Hoy puedes disfrutar de los distintos niveles de estacionamiento, de sus locales comerciales en el segundo piso y de su área de comida, pero también de sus comercios emblemáticos.
En ese centro comercial siguen en pie nombres que ya son parte del día a día de los poblanos, para otros es un recuerdo de la infancia y añoran regresar para volver a probar sus delicias y despertar un recuerdo de su infancia anclado a su memoria.
A más de 40 años de su inauguración, Plaza Dorada conserva comercios emblemáticos y continúa siendo un punto de encuentro para los poblanos.
Este local abrió sus puertas en 1980, entonces con el nombre de Suki. Es inconfundible encontrarlo, ya que se encuentra en la pequeña escalera y rampa que conduce a la segunda área de la plaza, hacia donde se encuentra la mayoría de las zapaterías y joyerías.
De inmediato la identificarás por su olor a galleta recién horneada, lo que te motivará a querer comprar una galleta para disfrutar en tu paseo por la plaza o para que sea tu postre después de comer.
Al iniciar el negocio solo había seis sabores a elegir, actualmente son 12 opciones, pero siguen siendo las favoritas las galletas con chispas de chocolate. Cada una con un costo promedio de 50 pesos.
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Una dulcería que es difícil de no notar en tu visita a Plaza Dorada es Candy Pop, donde es un clásico comprar helado de yoghurt, que puede ser al natural o combinado, solo o con cobertura de chocolate y toppings como grageas, chispas de chocolate, cereal u otros.
Antes era el sitio perfecto para pedir los raspados de limón, pero ahora ofrecen ice de limón, a veces de uva o grosella. También hay agua de jamaica o de horchata para refrescarte.
Gomitas, paletas, chocolates, refrescos en lata, mazapanes, cremitas, jericallas, nachos y sus clásicas palomitas de mantequilla y de chocolate forman parte de su menú para los clientes, niños y adultos.
Claro que la fascinación de los niños es poder subirse a los carritos que por una moneda lo encienden y se divierten con su vaivén, al mismo tiempo que suena la música, la misma que te hará recordar cuando había un caballito café en lugar de cochecitos.
La tienda, propiedad del señor Guillermo Espinoza, abrió sus puertas el mismo día de la inauguración de la plaza y ha resistido con el paso del tiempo, a pesar de mantener la misma imagen de hace 45 años.
Por cierto, para celebrar esa fecha, los productos los sirvieron en vasos y bolsas con su característico logotipo de un bastón de caramelo, blanco con rojo, así como el número 45.
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Un local en el rincón, junto a Telas Parisina se mantiene en el gusto de los clientes. Abrió en 1983 con su famosa agua de limón sevillano y con los pambazos rellenos de papas con chorizo o de mole con pollo, pero hoy puedes encontrar manzana con tamarindo y chamoy, coctel de frutas, pepinos y zanahoria rallada con limón y chile.
Quienes son clientes de antaño no dejan de pedir sus jugos de fruta natural, las papas fritas y uno que otro panino, baguettes y sándwich que pueden consumir en la barra del local con sus sillas altas o pedir a domicilio por medio de plataformas.
Estos negocios, a pesar del tiempo, la pandemia, las crisis en el país y la apertura de nuevos centros comerciales, han resistido y se han sabido mantener junto con otras firmas que con el paso de los años llegaron a la plaza como Cinemex, Suburbia, Vips, Bodega Aurrerá, sucursales bancarias, tiendas de calzado y ropa, entre otros.
Este primer centro comercial en la ciudad de Puebla fue posible gracias a la visión de los empresarios José Manuel Rodoreda, Eduardo Vigil Escalera y Adolfo Cázares, quienes en 1977 perfeccionaron y llevaron a cabo el proyecto con una inversión de 450 millones de pesos de aquella época.
BE, donde venden productos naturistas … este negocio se hizo más pequeño pero estuvo desde 1979, pues ahí mi madre compraba su miel virgen.
Se puede decir que una de las grandes ventajas de Plaza Dorada es su posición geográfica, pero también porque es un lugar que combina historia, tradición y modernidad, y que sigue vivo en la memoria colectiva de la ciudad.