A unos 20 kilómetros de la ciudad de Puebla, se ubica la localidad de San Miguel Espejo, una comunidad con población considerada pobre de acuerdo con datos oficiales, pero que también se ha convertido en un tiradero de cuerpos.

Al mes, llegan a dejar en la zona entre tres y cuatro cuerpos de personas asesinadas.

El inspector de la comunidad, Adrián Flores, reportó que en el sitio, ubicado a tan solo 30 minutos del centro de la capital poblana, hay mucha delincuencia.

En su mayoría, se registran robo de autos y ganado, así como asaltos a transporte público.

Dijo desconocer si existe alguna banda delincuencial en la zona, pero van a aventar los cadáveres en la localidad.

“Vienen, los tiran y se van”, denunció.

Añadió que, por lo regular, los cuerpos los dejan a un costado de la carretera Parque Industrial Chachapa- San Miguel Espejo.

Añadió que esa vialidad carece de iluminación, además de que la población no cuenta con patrullas ni policías.

"Las (policías) del municipio y estado vienen a dar su rondín y se van. Incluso, cuando hay vandalismo y peleas aquí, mandamos a traer la patrulla y no hacen nada, no se meten en problemas”, manifestó.

San Miguel Espejo está habitado por casi 3 mil personas, quienes, en su mayoría, presentan rezago educativo y no tienen acceso a todos los servicios de salud.

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