Las calles del Centro Histórico como la 8, 10, 12 y 14 Poniente están repletas de puestos ambulantes que no sólo tomaron las aceras, sino algunos se establecieron a la mitad del arroyo vehicular.

Sobre la 8 Poniente, entre la 3 Sur y 5 de Mayo se encuentra un puesto de flotadores, los cuales son exhibidos en una carpa colocada hasta la mitad de la calle.

Algunos locatarios han aprovechado para estacionar sus vehículos y así evitar que los comerciantes informales tomen esos espacios frente a sus negocios.

También es posible observar cómo se comercializan cubrebocas –sin que cuenten con certificados que avalen su calidad-, caretas y otros artículos de protección para evitar contagios de COVID-19, aunque la mayoría de los vendedores no lleven cubrebocas o los usen por debajo de la nariz.

Sobre la 8 Poniente, cerca de la 5 de Mayo, la mayoría de los puestos ambulantes son de comida, los cuales se extendieron a la mitad de la calle, y colocaron sillas para que los comensales puedan degustar chalupas y tacos.

Locatarios de la zona relataron que los líderes de los comerciantes ambulantes siguen con el cobro diario por espacio –entre 30 y 150 pesos- para que se ubiquen en las calles, por lo que entre ellos se pelean el control de los lugares, lo cual ha desatado algunas riñas los últimos meses.

Por temor, los comerciantes ambulantes evitan hablar sobre el tema, ya que indican que sus “dirigentes” toman represalias contra ellos a quienes difundan información sobre el modus operandi o las cuotas que les exigen.

Uno de los locatarios que ofrece comida, lamenta que mientras los negocios formales han tenido que cerrar por los estragos económicos de la pandemia, se permita la instalación de más comercios informales y sobre todo los que venden alimentos en medio de la pandemia.

En octubre, la Secretaría de Gobernación Municipal (Segom) reconoció que había entre 680 a 800 comerciantes en el centro histórico, sin embargo, en un recorrido hecho por El Universal Puebla se pudo observar que los fines de semana en calles como la 8 Oriente-Poniente, 10 Oriente-Poniente –en donde se han extendido hasta la 2 Norte y ya no sólo en la 5 de Mayo- hasta la 16 Poniente, el ambulantaje se desbordó.

De acuerdo con la plataforma Data México, la entidad poblana es uno de los estados con mayor cantidad de población dedicada al ambulantaje en el país, sobre todo, a la venta de bebidas, hielo y tabaco, mobiliario, equipo y accesorios de cómputo, teléfonos y aparatos de comunicación, así como ropa y bisutería.

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