La fuerza del Río Atoyac ha dejado varios recuerdos años atrás y de ello ha sido testigo el Puente de México.
Ubicada en la Prolongación de la Avenida Reforma, que se convierte en Bulevar Forjadores, esta antigua estructura es parte de la cotidianidad de quienes se trasladan de Puebla a Cuautlancingo y San Pedro Cholula.
Sin embargo, en el siglo XV se convirtió en una de las obras más relevantes de la Angelópolis que permitió la movilidad en el conocido Camino Real a Cholula.
De acuerdo con aficionados a la historia en la página de Facebook Lo que Quieres Saber de Puebla, hay documentos que reflejan los daños y cambios que ha tenido este puente.
Uno de ellos es el libro Las Calles de Puebla de Hugo Leicht y el otro es la Historia Comprendida del Estado de Puebla de Enrique Cordero y Torres.
En ambos textos se advierte que en 1634, 1652 y 1707 el río Atoyac creció tanto que destruyó el puente que permitía llegar a Cholula.
Fue en 1708 cuando se realizó la obra que hoy conocemos y que se ha mantenido.
El puente también ha sido motivo de leyendas como una que explica que durante sus construcciones murieron más de 100 indígenas.
Algunas imágenes permiten identificar cómo donde hoy vemos vehículos llegaron a pasar hasta carretas con mulas.