La artesanía que más representa al estado de Puebla es la talavera, una cerámica mayólica que hoy puedes encontrar con diseños de diversos colores, pero la más tradicional es la blanca con pinceladas de azul cobalto.

La talavera cumplió el pasado 11 de diciembre cuatro años de haber recibido el nombramiento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés).

Esta distinción es un reconocimiento a los procesos de elaboración de esta artesanía que se mantienen vigentes porque las familias en Puebla y Tlaxcala la han pasado de generación en generación.

La talavera de Puebla fue un proceso que los evangelizadores de España enseñaron a los poblanos en el siglo XVI, ya que en el viejo Continente tiene sus antecedentes desde hace varios siglos y se mantiene vivo a la fecha, la cual llegó a través del Galeón de Manila en tiempos de la Colonia.

Un año después, en el 2020, Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entregó a México el Certificado de Registro Binacional (México/España) del “Proceso de Fabricación de la Cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

“Debemos comprender que el patrimonio inmaterial es un patrimonio vivo y los artesanos representan la salvaguardia de esa herencia que los estados están comprometidos a sostener mediante políticas públicas y, sobre todo, porque nos permite soñar con la continuidad de este saber”, dijo Azoulay en aquella ocasión que entregó el certificado a México.

¿Cuál es el proceso de la talavera?

Se trata de piezas elaboradas a base de cerámica mayólica, nombre que se le da a la loza con esmalte de plomo y estaño. Actualmente, toda la talavera y otras artesanías están libres de plomo en México.

El proceso inicia desde que se recolecta el barro, se forma una masa, se moldea y se crean diversas figuras que en un inicio fueron elementos para la cocina, después azulejos para el adorno de las fachadas y hasta objetos de uso religioso.

Después de moldear los objetos con los tornos manuales, los alfareros dan paso al proceso de secado y para ello colocan sus creaciones en tablas a la intemperie para les de el aire antes de meterlos al horno.

Pasan de 2 a 3 días para el proceso del secado, periodo en el que se logra la misma firmeza en todas las partes de la pieza. Posteriormente va al horneado a una temperatura que puede alcanzar los dos mil grados centígrados por un tiempo de 8 horas.

Ya que salieron del horno es momento de pasar al esmaltado y nuevamente dejar secar por dos días, periodo en el que toman el color blanco que las caracteriza y así estén listas para el decorado y pintura a mano, por lo que cada pieza es única.



Los artesanos echan a volar su imaginación y con a ayuda de pinceles con finas cerdas de mula dan forma a líneas, puntos, grecas y otros trazos en azul cobalto, verde, amarillo, recientemente negro y rosa, para estar a la vanguardia.

Hay que recordar que la decoración de la talavera se distingue fácil de otras artesanías por el plumeado, en el cual únicamente se usa el color azul cobalto y no existe un patrón a seguir. Así como el decorado en color, en el que se utilizan patrones preestablecidos.

En calles de Puebla, como el mercado de artesanías El Parían se pueden obtener estas hermosas piezas originales, en alhajeros, tibores, vajillas, joyería, porta garrafones, imágenes religiosas, soperas, jarras y floreros.

Para que no te den gato por liebre, exige las piezas de talavera con la Denominación de Origen (DO) que aparece en un holograma, por lo general junto a la firma de la casa o taller de artesanos.

En Puebla la talavera no solo la encuentras en la ciudad capital, también en el Pueblo Mágico de Atlixco y Cholula, así como en Tecali de Herrera.

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