El 19 de septiembre de 1899 fue fundado el Banco Oriental de México, que se convirtió durante el régimen de Porfirio Díaz en la principal institución financiera del centro y sur del país fuera de la Ciudad de México.

Teóricamente debió haberse llamado “Banco de Puebla”, pero su visión fue más allá de la vastedad de esta entidad federativa.

Su capital inicial fue de 5 millones de pesos, que en su época fue una cantidad muy abundante pues equivalía al mínimo requerido para fundar 10 bancos en el país.

Abrió agencias y sucursales en poblaciones como Acatlán, Atlixco, Chiautla, Mier, San Andrés Chalchicomula, Santa Ana, San Martín Texmelucan, Tehuacán, Teziutlán y Tlatlanqui en Puebla, y en Oaxaca en Huajupan, Juchitán, la Ciudad de Oaxaca y Tehuantepec.

Tuvo una sucursal en Tlaxcala y es el único vestigio numismático que circuló en aquella entidad, ya que el resto de sus mínimas emisiones solamente se conocen en calidad de prueba.

En 1910 se resellaron los billetes de este banco en varias de estas sucursales, billetes que son usualmente encontrados muy gastados por el sobreuso.

Este banco cerró sus puertas en diciembre de 1915 tras haber apoyado al régimen de Huerta y ser hallado culpable de imprimir dinero sin fondos por orden de Huerta a partir de enero de 1914.

Todos sus billetes, con denominaciones  de 5, 10, 20, 50, 100, 500 y mil pesos, llevan la imagen del fundador de la industria mexicana, en el ramo textil, Esteban de Antuñano, un extraordinario héroe desconocido y que nos dio el parteaguas entre talleres familiares y verdaderos empresarios con su telar “La Constancia” y su participación en el Banco de Avío, primera empresa financiera de préstamos a inversionistas serios locales y regionales.

La Fábrica Impresora de Billetes en Nueva York hizo la mayoría de los billetes de gran calidad que se usaron por parte de este Banco Oriental.

Actualmente su edificio es una tienda de productos regionales y está abierta al público.

El edificio se encuentra en el número 202 de la calle Juan de Palafox y Mendoza, en el Centro Histórico de Puebla.

Actualmente el edificio se usa para eventos de protocolo del Gobierno o como galería de arte o muestras artesanales.

La institución bancaria poblana surgió a partir de la ley bancaria de 1897, redactada por el ministro José Yves Limantour, quien autorizó el establecimiento de un banco de emisión en cada estado donde existiera un grupo de empresarios que tenían los capitales requeridos para fundar una empresa financiera solvente.

Coexistió con otras instituciones regionales como el Banco Minero de Chihuahua, el Banco Mercantil de Veracruz, el Banco Mercantil de Monterrey, el Banco del Estado de México, el Banco Refaccionario de La Laguna, y el Banco de Yucatán, entre otros.

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