El virus acecha en todos lados. El riesgo de contagio está latente en cada esquina, cada parque, cada cruce peatonal, cada espacio.


Hasta ahora, en Puebla ha sido incalculable la cantidad de cubrebocas que diariamente tiran las personas en la vía pública, sin contar los guantes de látex y caretas. Antes de la pandemia, esta basura que se producía sólo en hospitales era desechada en bolsas rojas de plástico y trasladada a confinamientos especializados en el manejo de residuos infectocontagiosos.


Ahora es común ver residuos en el piso, mismos que, desafortunadamente, serán basura por varias generaciones, pues organizaciones ambientalistas en el mundo aseguran que un cubrebocas tarda en degradarse entre 400 y 450 años. Greenpeace, por ejemplo, ha hecho una campaña internacional para que las autoridades sanitarias recomienden más el uso de cubrebocas reutilizables, en lugar de desechables.


Sergio Gómez, capacitador del Departamento de Salud Ambiental del, señaló que debido a que las personas los tiran en la calle y no separan los residuos en sus casas, esos desechos tóxicos tienen como destino final el relleno sanitario.
María de los Ángeles Fernández Tovar barre las calles de Puebla desde hace siete años y hace doce meses, su ya de por sí arriesgado trabajo, se ha vuelto más caótico, pues asegura que a cada paso encuentra cubrebocas tirados.


“Ni las destruyen ni nada”, dijo resignada.


Ella y sus demás compañeras arriesgan todos los días su salud manejando desechos que pueden causar la infección por Covid-19. Son las responsables de realizar, en un año, mil 590 jornadas de limpieza en todo el municipio. Araceli Adunas realiza su labor diaria con mucho miedo de contagiarse al recoger los cubrebocas que irresponsablemente arrojan las personas en jardineras, parques y calles.


Su área de trabajo en avenida Reforma, abarca desde la calle 5 de Mayo hasta la 10 Poniente, donde se ubica el parque de San Luis, y asegura que todos los días encuentra hasta 30 mascarillas y guantes de látex.


“A mí en lo personal sí me da miedo que me vaya a contaminar con el virus, a pesar de que tomo las medidas necesarias para no estar en contacto directo con esa basura que de por sí tiene mucha suciedad”, comentó.

Le preocupa llevar el virus a casa y lo mismo teme su hermana, Imelda, quien también realiza esta actividad.  Yolanda Luna hace el barrido manual de las calles 5 Sur, 4 Poniente y 5 de Mayo. Trata de protegerse diariamente utilizando guantes y gel antibacterial al recolectar las mascarillas tiradas en vía pública.


“No debemos tomarlos con las manos aunque estemos protegidas por los guantes.  Lo que hacemos es evitar el contacto utilizando el recogedor y la escoba para no arriesgarme aunque tenga protección”, comentó.

 


Maricarmen Herrera, directora del departamento de Educación Ambiental de Residuos Sólidos Urbanos del Organismo Operador del Servicio de Limpia, manifestó que es incuantificable la cantidad de este tipo de desechos que diariamente recolectan, pero que es evidente su incremento.
Lo ideal, comentó, es que las personas coloquen estos residuos en bolsas cerradas sin mezclarlos con el resto de la basura. Sergio Gómez, capacitador del Departamento de Salud Ambiental, señaló que se están generando residuos Covid que probablemente estén contaminados con el virus.
“Podemos ser asintomáticos, pero los cubrebocas ya están contaminados. Lo increíble es que la gente los sigue tirando en la vía pública”, indicó.


Señaló que los cubrebocas deben destruirse con tijeras para evitar que sean reutilizados. El segundo paso, es meterlos en bolsas cerradas, sanitizarlas y colocarles un distintivo rojo para que el personal encargado de su recolección, las identifique y haga el manejo adecuado y seguro hasta su disposición final en el relleno sanitario.

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