El camote es el souvenir favorito entre quienes visitan Puebla, pero este dulce típico se ha transformado en los últimos 50 años.
De acuerdo con publicaciones de internautas en redes sociales sobre la historia de la ciudad, han cambiado los negocios, los precios y hasta la receta.
En esta imagen de 1970, por ejemplo, se observa un negocio que se promocionaba como la Gran Fábrica de los Camotes de Santa Clara.
Su ubicación era la 6 Oriente y 2 Norte, un cruce que en sus diferentes esquinas ha visto decaer la industria del dulce típico por la llegada de otros giros comerciales.
En sus esquinas, por ejemplo, se han instalado locales de talavera -que también es tradicional-, pero también de telefonía celular, de bolsas de plástico y ahora de la cadena de salchichas preparadas conocidas como las Momias de la Victoria.
Aunque en esa imagen el negocio se promocionaba como fábrica, en algunos de los comentarios hay quien recuerda que sus abuelos eran los que vendían producto casero a la tienda y que había varios proveedores.
Hace medio siglo, los tradicionales camotes poblanos también tenían precios muy distintos a los de ahora, de acuerdo con esta publicación de 1974.
El aficionado a la historia Víctor Morales compartió una imagen que da cuenta de que una caja de 10 camotes costaba 14 pesos y una con cuatro piezas de dulce sólo tres pesos.
Las comparaciones de los camotes de hoy frente a los de esa imagen son inevitables, pues ahora son más caros.
Hay quien asegura que a finales de 2022 había decenas de camotes delgados que se vendían en 30 pesos en el Centro Histórico, mientras que buscadores de internet sugieren que los precios van de 80 a 100 pesos con tamaño y frescura garantizada.
A los precios de ahora frente a los de 1974, agregan otros internautas, hay que agregar que en los noventa se le quitaron ceros al peso mexicano, por lo que el importe de hoy es mucho más alto.
Junto con los comentarios de los precios, se han señalado los cambios en el sabor de los camotes, pues hay quien asegura que cada vez se producen con menos tubérculo y frutos para darle sabor.
En las redes sociales, sin embargo, también hay internautas como Zen Huerta que presume cómo su familia aún produce decenas de camotes diarios en la colonia Aquiles Serdán con prácticas tradicionales heredadas por sus abuelos.