Las familias mexicanas comenzaron a recurrir a los embutidos y las carnes frías para sustituir el consumo de carnes debido a la pérdida del poder adquisitivo y el incremento de precios de 16 por ciento en promedio.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), el problema con el aumento de precios es que la gente busca los embutidos más baratos, que no siempre son de la mejor calidad.

En la oferta de embutidos hay hasta cuatro niveles de calidad; los más consumidos son el jamón y las salchichas, sobre todo de pavo, seguidas por el chorizo y la mortadela.

Los precios del jamón de pavo a granel aumentaron en promedio 16 por icento y ahora se venden en 128 pesos, contra 110 de hace un año, en tanto que la salchicha de pavo subió de 70 a 80 pesos, un aumento de 14 por ciento.

El chorizo de puerco aumentó 11 por ciento, al pasar de 90 a 100 pesos, el tocino aumentó de 160 a 180 pesos, un 12 por ciento, y la mortadela de 90 a 108 pesos, lo que significó un incremento de 20 por ciento.

La Profeco también registró aumentos del jamón y la salchicha de entre 6 y 16 por ciento, por ejemplo, el jamón de pavo virginia subió de 149 en enero del 2022 a 174 pesos en la segunda quincena del 2023.

El kilo a granel de jamón virginia de San Rafael de 181 subió a 193 pesos, de enero del 2021 a enero del 2022, el jamón de pierna horneado de 124 pesos se incrementó a 137 pesos; mientras que las salchichas de pavo a granel de 109, subieron a 118 pesos el kilo y la Frankfurt de pavo de 73 a 81 pesos.

De acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne), en 2020 el consumo de carnes frías por habitante fue de 7.9 kilos y subió en el 2022 a 8.2 kilos, considerando el nivel de consumo aparente y el número de habitantes en México.

En el 2020, durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, se registró una caída en el consumo aparente de carnes frías en el mercado mexicano, de 16 mil toneladas.

Sin embargo, la demanda se recuperó en el 2022 cuando se consumieron un millón 106 mil toneladas, cifra récord en el mercado mexicano, de acuerdo con Comecarne.

Con el regreso a clases y al trabajo presencial se impulsó el consumo de carnes frías en el país, dijo el presidente de Comecarne, Ernesto Hermosillo, quien añadió que aunque la producción nacional crece, también aumentaron las importaciones.

En el 2019 estaba en cerca de un millón 26 mil toneladas el consumo, en el 2022 se estima que cerró en un millón 106 mil toneladas, es decir aumentos promedio anuales de 4.8 por ciento en los últimos dos años.

Al cierre del 2022 el sector alcanzó una producción de cárnicos equivalente a 19 mil 635 millones de dólares.

Google News

TEMAS RELACIONADOS