Ya sea porque se quedaron sin empleo o porque los gastos fueron mayores debido a la pandemia, poblanos tuvieron que recurrir a las casas de empeño en la ciudad para allegarse de un poco de dinero.

De acuerdo al último registro de la Tesorería Municipal, en la ciudad de Puebla existen 140 establecimientos registrados como casa de empeño.

Gabriel Amaro, vecino de la colonia Santiago, se declaró cliente asiduo de este tipo de comercios, pues durante la pandemia le permitió sortear algunas dificultades.

Ha comprado teléfonos celulares, equipos de computación e instrumentos musicales, pero también ha empeñado algunos artículos y los ha perdido por no poder pagar el préstamo.

Durante el inicio del ciclo escolar del año pasado hubo un incremento importante en la venta de aparatos de cómputo debido a las clases en línea.

Mencionó que notó cómo se acabaron de un día para otro las computadoras y las tabletas, pues ya no había en ninguna casa de empeño.

“Tengo cuatro hijos y tuve que comprar dos computadoras más el año pasado y no había computadoras en ninguna casa de empeño, hasta que encontré dos equipos que no eran modelos recientes”, relató en entrevista con El Universal Puebla.

Afuera del establecimiento ubicado en avenida Reforma y 3 Norte, comentó que para el próximo ciclo escolar 2021-2022 está a la espera de lo que soliciten en la escuela de sus hijos para hacer cuentas y calcular sus gastos.

“De momento es difícil empeñar porque las tasas de interés son un poco altas, lo que a veces hace difícil recuperar las prendas. Pero para comprar, este tipo de establecimientos son una buena opción, sobre todo cuando no hay manera de hacerse de algo nuevo”, dijo Jorge Palacios, un viudo de 67 años de edad que acudió al Monte de Piedad Vidal Ruiz para renovar su préstamo porque no ha conseguido empleo.

Por empeñar su cepillo para madera solo pudo obtener 300 pesos, dinero que asegura le alcanzará para comer durante el fin de semana.

“(Durante la pandemia) Me la pasé encerrado, raras veces mis vecinos o un hijo que tengo, me daban algo para comprar y comer. Mi esposa murió y yo estoy solo, tengo un hijo, pero tiene su familia y tampoco tiene mucha chamba”, dijo en entrevista.

No es la primera vez que acude a este sitio, pues ya ha empeñado tijeras para cortar lámina, desarmadores, pinzas y otras herramientas, que después de un mes debe recuperar o las pierde por completo.

En este tipo de establecimientos aceptan de todo, desde piezas pequeñas como anillos, aretes o relojes hasta televisiones, lavadoras o automóviles. Lo único que no ha empeñado es su bicicleta, porque es su vehículo de transporte; con ella va y viene en busca de trabajo desde Puebla hasta Cholula.

“Si la empeño después tengo que caminar y luego gasto más en pasaje”, explicó.

El señor Felipe, vecino de San Pablo Xochimehuacán, consideró que la necesidad es la que lleva a las personas a empeñar sus bienes de valor. En su caso, dijo, acudió esta vez para apartar un teléfono celular que más adelante espera liquidar.

Mientras que Antonio Sánchez comentó que es la primera vez que acude a Presta Max, en el Centro Histórico de Puebla, para empeñar su guitarra a cambio de un poco de dinero.

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