Alejandro Águila Argüelles, Asociación Nacional de Padres de Familia, explicó que la figura de Asociación de Padres de Familia surgió el 2 de abril de 1980 por decreto del presidente José López Portillo, tiene su reglamento y se mantiene vigente.
De manera que, para cambiar esa figura, primero se tiene que derogar y después nombrar una figura supletoria.
Por eso, dicha figura es inamovible “porque es la única forma que pueden asegurar que entren recursos económicos a las escuelas, ya que por reglamento así lo considera”.
En entrevista con El Universal Puebla, explicó que los Comités de Padres de Familia están dentro de la Ley General de Educación para manejar los recursos económicos.
Dijo que los Comités de Participación Administrativa trabajan de manera conjunta con los directivos de cada turno, matutino y vespertino, de cada plantel educativo.
De acuerdo con la Ley General de Educación Federal, en el artículo 130 se establecen las funciones de que deben cumplir las asociaciones de madres y padres de familia:
-Representar ante las autoridades escolares los intereses que en materia educativa sean comunes a los asociados.
-Colaborar para una mejor integración de la comunidad escolar, así como en el mejoramiento de los planteles.
-Informar a las autoridades educativas y escolares sobre cualquier irregularidad de que sean objeto los educandos.
-Propiciar la colaboración de los docentes, madres y padres de familia o tutores, para salvaguardar la integridad de los integrantes de la comunidad educativa.
-Conocer de las acciones educativas y de prevención que realicen las autoridades para que los educandos, conozcan y detecten la posible comisión de hechos delictivos que les puedan perjudicar.
-Sensibilizar a la comunidad, mediante la divulgación de material que prevenga la comisión de delitos en agravio de los educandos, así como también, de elementos que procuren la defensa de los derechos de las víctimas de tales delitos.
-Estimular, promover y apoyar actividades extraescolares que complementen y respalden la formación de los estudiantes.
-Gestionar el mejoramiento de las condiciones de los planteles educativos ante las autoridades correspondientes.
-Alentar el interés familiar y comunitario para el desempeño del educando.
“Las asociaciones de madres y padres de familia se abstendrán de intervenir en los aspectos pedagógicos y laborales de los establecimientos educativos. Se sujetará a las disposiciones que la autoridad educativa federal señale”, se lee en dicha ley.
A decir de Águila Argüelles, los recursos que se manejan son para mantenimiento del plantel o, según sea el caso, es dinero proveniente del gobierno federal, no del estatal.
Dicho comité también se encargará de darle seguimiento a las Escuelas de Tiempo Ampliado que comenzarán en octubre próximo en 30 escuelas por estado, además de que tendrá que pagar un cocinero, los alimentos y los maestros que sean necesarios para cubrir ese tiempo extra.
Por su parte, Enrique León Mora, secretario de Trabajo y Conflictos de nivel Primaria de la Sección 51 del SNTE, añadió que durante los primeros 15 días de iniciar cada ciclo escolar, se deben formar estos Comités de Padres de Familia. A veces es nuevo en su totalidad o solo se reestructura uno o varios de sus integrantes.
Se conforman por seis integrantes: un presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y vocales; todos ellos padres o madres de familia que tienen un hijo estudiando en la escuela que representan.
Su periodo de trabajo es solo por un año, que es lo que dura el ciclo escolar, y la principal función de estos comités es identificar las principales necesidades de la escuela y junto con el director del plantel, diseñar un plan de trabajo que deberán de llevar a cabo a lo largo del año para resolverlas.
Todas las escuelas de nivel básico deben contar con estos comités, pero no pueden intervenir en lo académico, ya que esa es función exclusiva del director.
“Las controversiales cuotas escolares son apoyos que aportan los padres, pero son cuotas que los mismos padres y madres de familia, a través del Comité, acuerdan. Hay un comité contralor que se encarga de verificar los gastos y que se hayan aplicado en las necesidades que se programaron”, dijo.
En su experiencia, antes de la pandemia, el Comité de Padres de familia de la escuela donde trabaja reunía poco dinero de las cuotas porque son pocos alumnos, pero los padres se dedicaron a conseguir donativos en especie.
Por ejemplo, para el Día del Niño, en lugar de gastar el dinero en la compra de dulces, conseguían que comercios o personas les donaran comida o juguetes y el dinero sirvió para pintar la escuela o instalar baños o una cisterna.
A su consideración, los comités se vuelven espacios de poder dependiendo del tamaño de la escuela, como pueden ser los centros escolares, ya que en planteles pequeños o de comunidades apartadas el trabajo “se vuelve más de apoyo social”.
“En general son importantes del Comités de Padres de Familia, pero se tienen que sumar a lo que se proyecta para el ciclo escolar con el equipo de maestros y director de la escuela. No hay que verlos como enemigos, sino hacer equipo para beneficio de los alumnos”, dijo.
En ese sentido Águila Argüelles comentó que las quejas que llegan a conocerse sobre el desvío de los recursos o cuotas escolares no son en contra de los Comités de Padres de Familia.
“Regularmente el dinero se desvía o se mal gasta porque hay, en uno o muchos casos, presidentes o tesoreros que se confabulan con los directores de las escuelas, pero nadie ha hecho nada. Históricamente el reclamo de los padres de familia ha llegado a todos lados, pero nadie se pronuncia en qué es lo que va hacer”, acotó.
Añadió el caso de la Escuela Secundaria Técnica número 57 de Tehuacán, donde la directora del plantel trata de recuperar 300 mil pesos que ahorró el año pasado la mesa directiva de padres de familia.
“Pero de manera revanchista trata de recuperarlo destituyendo a toda la mesa, cuando no le corresponde”, comentó.
Además, sostuvo que, en general, pese a las quejas de los padres de familia contra el pago de cuotas a nadie le conviene decir que ya no se van a cobrar “porque se les viene abajo la escuela”, ya que con las aportaciones voluntarias se paga servicio de luz, agua, papelería, impermeabiliza y mantenimiento de la escuela.