La investigación científica y tecnológica, la impartición de estudios de posgrado y la divulgación científica sintetizan el quehacer del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas (CICM) del Instituto de Ciencias de la BUAP: un espacio en el cual, a partir de la biodiversidad de microorganismos y biotecnologías, se generan soluciones a problemas agrícolas, ambientales, ecológicos y en salud humana y animal.
Con más de 45 años de actividad científica y docente, el CICM ha logrado desarrollos con impacto social y médico, en áreas consolidadas, como las de Microbiología Médica, de Suelo, Ambiental y Ecología Microbiana.
El acelerado avance tecnológico y los progresos científicos recientes han impulsado la diversificación de sus líneas de investigación. A las disciplinas ya establecidas -Bioquímica y Genética Microbiana, Microbiología Médica, Microbiología de Suelo, Microbiología Ambiental y Ecología Microbiana- se han incorporado en los últimos cinco años nuevas áreas como Genómica Microbiana, Ecología Molecular y Metagenómica, según informa el coordinador del CICM, el doctor Candelario Vázquez Cruz.
“La incorporación de nuevas metodologías ha dado pie a un nuevo enfoque multidisciplinario, en colaboración con otras facultades e instituciones, con un nuevo enfoque: una sola salud, la humana y la del planeta”.
El CICM está integrado por 42 investigadores -34 doctores, 7 maestros y uno con licenciatura-, algunos de ellos cuentan con 45 años de antigüedad, y otros con 10 o menos años incorporados a través de estancias posdoctorales y el Programa de Investigadoras e Investigadores por México, de la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, SECIHTI, antes CONACYT.
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Para el doctor Candelario Vázquez, este centro es un referente en las tareas de docencia e investigación de la BUAP. Su planta de investigadores, cuya producción científica va de un artículo a más de cinco al año, publicados en revistas indizadas, participa de manera activa en la investigación aplicada, la docencia en el posgrado -Maestría y Doctorado en Microbiología, como sede-, y en al menos cuatro posgrados institucionales, así como en las licenciaturas en Biotecnología y Biomedicina, de las facultades de Ciencias Biológicas y Medicina. Además, en actividades de divulgación.
Una de las áreas con mayor impacto social es Microbiología del Suelo, integrada por los investigadores Lucía López Reyes, Armando Tapia Hernández, Teresita Jiménez Salgado y Moisés Graciano Carcaño Montiel, quienes desarrollaron diversos fertilizantes biológicos con marcas registradas ante el IMPI, a base de microorganismos benéficos, para la producción de maíz, sorgo, trigo, cebada, avena, café, caña de azúcar, frutas y hortalizas.
La probada efectividad de estos biofertilizantes originó la apertura de una microindustria dentro del CICM, que atiende a productores de todo el país, de norte a sur.
Los biofertilizantes -biofertibuap, y biofosfobuap- incrementan en promedio entre 20 y 30 por ciento la producción, permiten un ahorro de 50 por ciento en insumos agrícolas, como fertilizantes químicos, además de no generar estragos en la salud humana, en plantas y suelo.
Así, con investigaciones vinculadas a los problemas nacionales en salud, medio ambiente y alimentación, el CICM refrenda su presencia e impacto en el acontecer local y nacional.