La tarde del viernes 16 de junio se llevó a cabo la primera misión del avión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para apoyar en el monitoreo del volcán Popocatépetl.
A través de las redes sociales del usuario Observación Volcánica, se compartieron imágenes que se tomaron al cráter del volcán Popocatépetl, tomadas desde el avión de K’usam, el primer laboratorio aéreo de la UNAM.
De esa manera, la máxima casa de estudios del país participa con conciencia social en apoyo a las autoridades del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) para brindar información de primera mano sobre fenómenos volcánicos.
El laboratorio aéreo es una avioneta Cessna Turbo Stationair T206H, que además de generar, a un menor costo, nueva información de los lugares donde se requiera, también será una herramienta para la docencia.
La avioneta fue modificada desde su fabricación para poder instalar las cámaras de fotografía aérea, de barredores lidar, que permiten la obtención de información rápida y precisa del relieve.
Su altitud máxima de operación son los 26 mil pies (7 mil 927 metros), por lo que puede volar por encima de los volcanes más altos de México.
Tiene una carga útil de 652 kilos, capacidad para seis pasajeros y una velocidad máxima de crucero de 298 kilómetros por hora. Además, puede servir como avión de carga y aterrizar en terracerías.
Se le pueden instalar una gran diversidad de aparatos científicos, entre ellos sensores geofísicos, sistemas de monitoreo atmosférico de gases y partículas, instrumentos para realizar experimentos en telecomunicaciones y ciencia de materiales, entre muchos otros.
A través de esta aeronave se podrá aprender sobre la planeación de las misiones complejas que demandan levantamientos aéreos, las técnicas de levantamiento, el procesamiento de la información, su manejo, modelaje e interpretación, etcétera.
K’usam significa vencejo, en maya, y es un ave pequeña originaria de México. No es excéntrica ni de plumaje extravagante, pero sí es un ave maestra del vuelo, la cual puede pasar largos periodos en el aire, donde vive, duerme y se alimenta.
Fue el pasado 30 de mayo cuando Manuel Sánchez Lastra, director del Instituto de Geografía de la UNAM, ante el rector universitario Enrique Graue Wiechers, presentó el primer laboratorio aéreo mediante el cual se podrán estudiar desde el aire las costas y el territorio nacional, los ecosistemas, el entorno urbano, la mitigación de los efectos del cambio climático y realizar investigaciones geográficas, geofísicas, geológicas, biológicas, sociales e ingenieriles.
Las aerofotografías, los datos lidar (Light Detection and Ranging), el uso de sensores meteorológicos, gravimetría, espectrometría, magnetometría y observación directa, son solo algunas de las técnicas de medición y recolección de información que requieren de una plataforma para efectuar levantamientos aéreos.
También el K’usam podrá utilizarse para el monitoreo en tiempo real de mamíferos mediante radiotransmisores, el seguimiento de eventos volcánicos y desastres, la observación de procesos de degradación ambiental, el desarrollo de sensores y dispositivos tecnológicos, la realización de pruebas de equipos de telecomunicaciones y microsatélites, entre otros.
Desde hace varias décadas la UNAM usa variadas fuentes de información de levantamientos aéreos, pero estas se encuentran limitadas a áreas, tiempos y resoluciones específicas, no siempre son las que la investigación requiere, y comúnmente tienen costos muy elevados.
Con este laboratorio, además de sobrevolar el Popocatépetl, también apoyará en las investigaciones sobre el sargazo en la Península de Yucatán, así como en el levantamiento de imágenes de las áreas urbanas en el litoral norte del estado de Yucatán para observar los efectos de la expansión urbana.