El domingo 28 de enero de 1979 quedó grabado en la memoria de los poblanos, pues ese día llegó de visita el Papa Juan Pablo II.
A 43 años de distancia, Pedro Mauro Ramos Vázquez, cronista de San Miguel Xoxtla, compartió cómo fue ese encuentro con el Sumo Pontífice.
Xoxtla es uno de los municipios más pequeños del estado de Puebla y se ubica en la entrada a la capital del estado, llegando desde la Ciudad de México.
En entrevista con El Universal Puebla, narró que, en ese entonces, estaba instalada la empresa Hylsa y se decidió que el Santo Padre tuviera una primera parada en el puente de entrada a la comunidad, previo a su asistencia a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) que se desarrolló en el Seminario Palafoxiano en la capital de Puebla.
Juan Pablo II llegó a la Ciudad de México y para trasladarse a la Angelópolis viajó en el Papamóvil sobre la autopista México-Puebla, en un camión DINA que, aunque podía ir al descubierto, se cerró en su totalidad para que pudiera viajar sin contratiempos.
En San Miguel Xoxtla lo esperaban cerca de 25 mil creyentes y gran parte de sacerdotes de Puebla, Coronango, Tlaltenango, San Martín Texmelucan, Tlahuapan, Cholula y Tlaxcala.
Incluso, hubo gente que pernoctó un día antes en las inmediaciones de la autopista para poder tener un lugar lo más cercano posible al puente donde el Papa emitió un breve mensaje.
A las 11:30 horas, el repique de campanas y el tronido de los fuegos artificiales anunció su llegada y fue recibido por Álvaro Mora Pérez, obrero de la empresa Hylsa y encargado de dar las palabras de bienvenida.
Juan Pablo II firmó un documento de aquella visita y bendijo una placa conmemorativa, ambos artículos se conservan en la parroquia de Xoxtla.
Después del mensaje de bienvenida, el Papa abrazó al trabajador y le agradeció sus palabras cargadas de sentimiento, pues le hizo recordar cuando él, como Karol Józef Wojtyla, también fue obrero en su natal Polonia.
El evento no duró más de 10 minutos. Posteriormente, se dirigió al Seminario Palafoxiano, al oriente de la ciudad de Puebla y en todo el trayecto vio el fervor de cerca de 100 mil poblanos que le aplaudieron, cantaron, ovacionaron y pidieron su bendición.
A lo largo de 12 años, el cronista Pedro Mauro se ha dado a la tarea de coleccionar artículos que se emplearon en aquella memorable visita.
Cuenta con fotografías de multitudes de personas contemplando a Juan Pablo II, recortes de periódicos con las crónicas del evento, posters que se usaron para adornar las calles y los pases que se dieron para ingresar al seminario.
Además, tiene calcomanías que se pegaron en las ventanas o puertas de las casas, vasos y platos conmemorativos, llaveros y monedas, calendarios, timbres postales, ilustraciones, libros en español y en otros idiomas que hacen referencia a esta primera visita del Papa Viajero a México.
Mostró una revista con imágenes de la Virgen de Chignahuapan sobre la cual firmaron los arzobispos que participaron en la reunión del CELAM. Están las rúbricas de los representantes de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Uruguay, entre otros.
También compartió una fotografía en blanco y negro con una mujer cargando a un bebé. A decir del cronista, se trata de una embarazada que entre la multitud tuvo que ser atendida por una ambulancia de la empresa Hylsa, dando a luz a un varón que hoy lleva el nombre de Juan Pablo y que también cumplirá 43 años.
En esta colección particular también tiene una estampa con la imagen de Juan Pablo con la inscripción: “Visitó Puebla y pasó por la 25 Oriente a las 12:30 horas”.
Cuando el Papa llegó a la ciudad de Puebla, se dirigió a la Catedral, pero debido a las miles de personas que estaban en el atrio no pudo ingresar, por lo que decidió seguir su trayecto en dirección al Seminario.
Ahí presidió una misa, emitió un mensaje y se reunió con 400 representantes de la iglesia católica de Latinoamérica, discursos que pueden reproducirse debido a que quedaron grabados en discos LP, así como cantos y oraciones que se entonaron hace 43 años.
En ese sitio pasó la noche antes de continuar su recorrido por otras ciudades del país, por ello es que se conservan algunas reliquias y objetos que utilizó durante su estancia en Puebla, como la casulla, la biblia, el lavamanos y el rosario, entre otros.
Después de la Ciudad de México y Puebla, el Papa Juan Pablo II visitó Oaxaca, Guadalajara y Monterrey.
Durante su pontificado, el Papa Peregrino visitó México en cinco ocasiones: en 1979, 1990, 1993, 1999 y 2002.
Fue el 2 de abril de 2005 cuando murió y comenzó su proceso de beatificación y canonización. Hoy, por eso se puede decir que Puebla fue visitada por un Santo.
