Margaret se despierta cada mañana con una motivación: descubrir cuántas galaxias existen en el universo. 
Esa búsqueda incansable le emociona porque confía en que algún día podrá revelar al mundo si existe otro planeta similar a la Tierra o si hay vida en otro lugar del cosmos.
Esas imágenes de astronautas viajando por el espacio que ella veía desde niña en las películas, ahora son su forma de vida. Margaret Zoila Domínguez Rodríguez es mexicana, nacida en Puebla y científica de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Ni su género ni el lugar de su procedencia, tampoco el Covid-19 o las nevadas en Estados Unidos, le han impedido continuar con ese sueño, pues aunque la NASA está laborando estos días en un 10 por ciento de su capacidad, en octubre de 2021 planean lanzar un telescopio espacial al cual instalarán un instrumento de alto campo de visión, cuya elaboración corre a cargo de esta joven originaria del municipio de Tecamachalco, ubicado en el estado de Puebla.
Margaret estudió física en la (UDLAP) y realizó su posgrado en la Universidad de Arizona, donde obtuvo el doctorado en ingeniería óptica. Actualmente labora en el Centro de Aviación Espacial Goddard.
Considera que aunque prevalecen los estereotipos y las actitudes machistas, el ocupar un puesto como el suyo no depende del género sino de la capacidad.
Desde su apartamento en Maryland, al este de la Unión Americana, platica cómo es que llegó a la NASA.
- En el 2008, como estudiante de la UDLAP, estaba organizando un congreso de física y a partir de ahí se abrieron las puertas para que yo pudiera estar en la NASA porque uno de los ponentes al que invitamos es un astrofísico que todavía está en la NASA, el doctor Jonathan Gardner, y él nos habló acerca de la posibilidad de poder hacer prácticas profesionales. Apliqué, me aceptaron y estando en la estancia profesional durante el verano se abrió una vacante en la que me permitían seguir estudiando. Hace dos años terminé mi posgrado en ingeniería óptica y empecé a trabajar de tiempo completo. 
-En tu niñez o iniciando tu carrera universitaria ¿tenías visualizada a la NASA como una meta?
-No, ni era algo que me hubiera esperado. La NASA, creciendo en una granja de puercos en Tecamachalco era algo que veía en las películas y jamás pensé que sería el lugar donde estaría. Se hizo realidad un sueño que nunca soñé...Me encanta lo que estoy haciendo y después de que me di cuenta que era una posibilidad y que estoy aquí, es extraordinario…Pensé que terminaría haciendo algún tipo de ciencia, siempre me encantaron las matemáticas, era creativa, siempre estaba haciendo observaciones, mi mamá lo notaba cuando era niña. Entonces sabía que me iba a dedicar a alguna profesión en ciencia y tecnología, pero jamás pensé que estaría aquí. 
- ¿Ha sido difícil el camino?
- Claro, de distintas formas, pero eso es en cualquier profesión, si es algo que queremos, si es algo que vale la pena, va a ser difícil. Todos tenemos retos que debemos superar todos los días, entonces no fue tan fácil. Tan solo por el hecho de mudarme de Puebla a Arizona, donde estuve varios años para estudiar el posgrado, sin tener familia ni amigos allá… Ahora aquí estoy casada con mi esposo que también trabaja en la NASA. Entonces he tenido varios retos, retos técnicos todos los días porque estamos haciendo cosas difíciles que muy pocas instituciones y pocas personas están haciendo. Queremos lanzar cosas al espacio en condiciones muy difíciles, entonces todos los días encontramos algún problema que no podemos anticipar.
- ¿Qué necesita una mujer para incursionar en la ciencia?
- Una mujer o quien sea, necesita mucha disciplina. He tenido que trabajar muy fuerte y eso significa hacer sacrificios. No puedo salir a hacer ciertas cosas porque tengo que estar estudiando, si quieres obtener un posgrado tienes que pasar los exámenes para demostrar que eres buena en lo que haces. Además, necesitas flexibilidad de poder aprender y tenemos que ser pacientes.
- ¿Consideras que la brecha entre mujeres y hombres en el campo de la ciencia se ha reducido?
- Ciertamente, pero no significa que estamos en un buen lugar y que la talacha está hecha… En Estados Unidos, en la década de los 60, teníamos el 1 por ciento de mujeres en la fuerza laboral de ingeniería en el país… hoy es el 15%. Los números están mejorando… todavía nos falta mucho, pero es un indicador de que la brecha de alguna forma está disminuyendo. Ciertamente todavía hay machismo y estereotipos en nuestra sociedad… yo he recibido comentarios de algunos colegas que piensan que quizás por la forma como me veo, como me visto y como actúo, que quizás no puedo hacer el trabajo que estoy haciendo, pero eso se resuelve con la experiencia, porque muchas veces las barreras las imponemos nosotros y si tenemos la capacidad vamos a salir adelante… debemos seguir trabajando juntos y las mujeres no podemos solas…Cómo nos vemos, de dónde venimos, eso no es relevante, es solo contratar a personas que tengan la capacidad técnica para hacer ese trabajo. 
- ¿En México hay suficientes oportunidades para que las mujeres puedan desarrollarse en la ciencia?
- Creo que en ningún lugar hay suficientes oportunidades. Creo que hay un problema cultural porque la gente en general no sabe que la inversión en educación, ciencia y tecnología es fundamental. Porque si invertimos en eso, vamos a poder tomar mejores decisiones. Entonces creo que no hay suficientes recursos, creo que hace falta contratar a más científicos e ingenieros. Pero también siento que hay oportunidades en México y pensamos que no las hay y ya no hacemos nada, entonces este conformismo es malo. Hay recursos, hay becas. Hay que buscar.
- En el contexto mundial ¿qué piensas del movimiento feminista que ha posicionado temas como la discriminación y la violencia contra las mujeres?
- Son temas de los que debemos estar hablando porque no se puede aceptar la violencia bajo ninguna forma. Hay un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones, pero ahora con el acceso a internet es importante que actuemos basados en hechos reales y no generar movimientos basados en interpretaciones o comentarios que alguien hizo. Qué bueno que estamos hablando de estos temas porque la única manera de cambiar es que aceptemos que tenemos un problema y entonces hablando de eso podemos encontrar soluciones.
- Platícanos ahora del proyecto que estás desarrollando en la NASA.
-Ahora estoy trabajando en el telescopio espacial Roman, que va a ser el sucesor del telescopio espacial James Weeb. Lo vamos a lanzar en octubre de este año, llevamos años trabajando en él y va estar a 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta... Una de las cosas interesantes acerca de este telescopio es que lo nombraron Nancy Grace Roman y es la primera vez que le ponemos el nombre a un telescopio en honor a una mujer astrónoma... Uno de los componentes que irá a bordo de ese telescopio, que es más pequeño que el tamaño de mi cabeza, se va a encargar de hacer espectroscopía y nos va a ayudar a poder entender mejor cómo es que funciona la energía en materia oscura. Sabemos que nuestro universo está en expansión y este aparato va a poder medir diversas galaxias y evaluar cómo se están expandiendo a través de los años. 
- ¿Cuál es el impacto de esas investigaciones en la vida de las personas que habitamos este planeta?
- Este telescopio va a ampliar nuestro conocimiento acerca del Universo. Uno de los objetivos es buscar más exoplanetas y encontrar quizá planetas similares al nuestro. Eso no significa que vamos a poder emigrar a un planeta que está a millones de kilómetros de aquí, pero todo el tiempo nos estamos preguntando si existe vida fuera de nuestro planeta, en otro universo, en otra galaxia, en otro sistema solar y este telescopio nos va a poder ayudar a responder esta pregunta.
Margaret habla con entusiasmo de más proyectos que desarrolla la NASA: cómo afecta el Sol a nuestro planeta debido al cambio climático, el monitoreo de los incendios forestales para poder disminuir su incidencia, la evaluación de cómo han disminuido los niveles del agua de los océanos y muchos otros que “nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones”.
Su meta más próxima como poblana es volver a Tecamachalco para visitar a su padre y amigos, un propósito que ha tenido que posponer por la pandemia. Pero a futuro, como científica, tiene objetivos muy claros: aportar algo al conocimiento acerca del universo, reclutar a más investigadores en el mundo y fomentar el estudio de la ciencia y la tecnología en las generaciones venideras.

Google News

TEMAS RELACIONADOS