Adiós para siempre, sueño americano. En su paso por Puebla, al menos diez migrantes centroamericanos han perdido la vida por accidentes, en lo que va del año.

Ocho de las personas indocumentadas murieron luego de que el pollero volcara la camioneta en la que los llevaba junto con otros más en condiciones de hacinamiento, en la carretera El Seco-Azumbilla.

Uno más falleció tras caer a una barranca cuando intentaba escapar de un operativo policíaco en el municipio de Amozoc y el otro, partido a la mitad por un tren que lo atropelló cuando intentó ganarle el paso en la capital de Puebla.

El pasado 12 de agosto un pollero circulaba en una camioneta Chevrolet, placas DNY 757D, sobre la carretera El Seco-Azumbilla.

En el tramo conocido como la Herradura del Diablo o Cuestecilla, a la altura del kilómetro 62, perdió el control porque presuntamente iba a exceso de velocidad y volcó.

El hombre abandonó a los migrantes centroamericanos que llevaba hacinados, de los cuales seis murieron en el lugar y dos –entre ellos un niño de un año- en el Hospital General del Municipio de Tehuacán.

El 23 de agosto, elementos de la Policía Estatal montaron un operativo en un predio de la colonia San Mateo Mendizabal, en el municipio de Amozoc.

Cuando ingresaron, encontraron a 349 personas indocumentadas, de las cuales dos se echaron a correr para escapar.

Tras caer a una barranca de 50 metros de profundidad, un migrante centroamericano perdió la vida.

Finalmente, apenas el pasado 9 de octubre, un sujeto de 40 años de edad, quien ahora se sabe que era indocumentado, estaba en la colonia Naciones Unidad de la capital de Puebla.

En la avenida 80 Poniente, donde están las vías, intentó ganarle el paso al tren y lo arrolló. El indocumentado quedó partido a la mitad y perdió la vida de manera inmediata.

Las autoridades ministeriales se encargaron del levantamiento de su cadáver para llevarlo al anfiteatro, como lo documentó.

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