El pasado 4 de septiembre se estrenó la película “El Conjuro, últimos ritos”, y los seguidores de esta cinta pudieron vivir la experiencia inversiva en la Casa de El Conjuro en la Ciudad de México.

Al mismo tiempo que se estrenó la película, Warner México adaptó una vieja casona que se construyó en 1800, estuvo abandonada por mucho tiempo y ahora fue el escenario en el que los visitantes pudieron vivir experiencias paranormales al igual que en El Conjuro.

¿Dónde se ubica la casa de El Conjuro en México?

El inmueble se localiza en la calle Renato Leduc número 50 de la alcaldía de Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, donde todos los que llegaron pudieron vivir la experiencia tal como en la zaga de El Conjuro.

El acceso fue gratuito, con pases que se obtuvieron a través de dinámicas que organizó la Warner México en sus redes sociales, pero sólo duró este fin de semana de estreno.

¿Qué había en la casa de El Conjuro en CMDX?

El recorrido duraba 30 minutos y era guiado por un cura que llevaba la Biblia, un crucifijo y agua bendita para ahuyentar a los espíritus.

Había diferentes habitaciones donde se encontraban demonios, actividad paranormal, el cuadro de la monja Valak, objetos embrujados y hasta la muñeca más tenebrosa llamada Anabel, la cual permanece encerrada en su vitrina.

Las recámaras y la aterradora cocina, el espejo embrujado y las escaleras fueron parte de las adaptaciones que se hicieron a esta casona, con efectos sensoriales y auditivos.

Y como buenos mexicanos, como no hay mejor remedio para el susto que cometer un bolillo, al terminar el recorrido regalaban un pan envuelto en bolsa de celofán y con la etiqueta de la casa de El Conjuro.

En esta experiencia pudieron tener una probadita de las aventuras de Ed y Lorraine Warren, quienes después de 10 años de historia ahora se encuentran retirados, tratando de vivir una vida más o menos normal.

En la atracción había:

  • luces estroboscópicas
  • sonidos fuertes
  • sustos internos
  • ambiente oscuro y claustrofóbico
  • interacción con actores disfrazados
  • Para la seguridad de los asistentes, los organizadores advirtieron que no podían ingresar quienes tuvieran:
  • epilepsia o sensibilidad a luces intermitentes
  • problemas cardiacos o respiratorios
  • transtornos de ansiedad o claustrofobia
  • cualquier condición médica que pueda agravarse por el miedo o sobresalto.
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