Ya sea por tradición o por cuestiones religiosas, la mayoría de los mexicanos elegían la sepultura de sus seres queridos como único servicio funerario.

Sin embargo, con el paso del tiempo, por economía, practicidad y hasta logística, el servicio de cremación va “in crescendo” y ha sido aceptada por la Iglesia católica.

Para los ambientalistas, ambos servicios funerarios son fuentes altas de contaminación del subsuelo, aire y ríos, por lo que ahora surgió una nueva tendencia: la aquamación.

La aquamación es una alternativa para deshacer el cuerpo sin vida de una persona, empleando agua y químicos alcalinos, por medio del método de hidrólisis y en un promedio de tres horas.

En países como Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia y México donde ya se practica, las empresas funerarias cuentan con un cilindro horizontal de aproximadamente cinco metros, hecho de acero inoxidable.

Este tanque está conectado a dispositivos de agua, hidróxido de potasio e hidróxido o hidrato de sodio, mejor conocido como sosa cáustica para hacer la reacción.

Al igual que en la cremación, con la hidrólisis alcalina quedan restos de la persona fallecida, los cuales son de color blanco y se entregan a las familias en una urna para mantenerlas en casa, en un mausoleo o para esparcir en un lugar especial.

Aquamación, la novedosa alternativa funeraria
Aquamación, la novedosa alternativa funeraria

En tanto, los líquidos que resultan tras terminar la aquamación pueden ser empleados como agua y fertilizante para regar áreas verdes, por lo cual los ambientalistas consideran que este método es más amigable ecológicamente.

En un artículo publicado hace un par de años por la revista National Geographic se explica que la aquamación utiliza 90 por ciento menos de energía que la cremación tradicional. Además, emite 160 veces menos de partículas finas a la atmósfera, por lo que se considera tiene alrededor de un décimo de la huella de carbono en comparación con la cremación convencional que necesita demasiado combustible y produce millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono por año.

Desde 2018, en México ya se ofrece este servicio por parte de la empresa funeraria Gayosso, la cual innovó en sus instalaciones de la ciudad de Tijuana, Estados Unidos.

Tiempo después ofreció la aquamación en Monterrey, Nuevo León y más adelante en la Ciudad de México.

“Una tercera alternativa para despedir a tu ser querido, innovadora y cien por ciento ecológica, que integra tecnología basada en la combinación de agua y temperatura a través de un proceso fisicoquímico de hidrólisis, permitiendo la desintegración de las células, dejando lo equivalente a cenizas, que al final de proceso, se entregan en una urna”, se puede leer en su página oficial.

El mensaje lo acompaña de un video de la empresa, en el cual solo muestra imágenes de una cámara cilíndrica conectada a diversos equipos. Sobre el costo de este servicio la empresa mexicana no precisa, pero usuarios en redes sociales señalan que la aquamación es mucho más barata que la inhumación, la cual puede llegar a tener un costo promedio de 18 mil pesos. En el caso de Puebla, hasta ahora no hay empresa que ofrezca este servicio.

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