Tras permanecer en observación médica en la Ciudad de México ayer llegó a Cuacolandia, Mila, la yegua maltratada de Coronango que se hizo viral en redes sociales.

Pero ¿qué hacen en este espacio y por qué es famoso en el mundo?

Se trata de un proyecto de la actriz y activista Elena Larrea que desde 2019 se dedica al rescate de caballos y burros maltratados en un espacio de más de 30 hectáreas, ubicado en Atlixco.

Foto: Facebook Cuacolandia
Foto: Facebook Cuacolandia

Hasta mediados del 2023 albergaba 250 animales y de acuerdo con su fundadora, los animales que ahí habitan pasaron por el maltrato físico y hasta psicológico.

Foto: Facebook Cuacolandia
Foto: Facebook Cuacolandia

Lo curioso además es que en medio de la pandemia, Elena Larrea, dijo que haría todo lo posible por mantener este santuario y a sus caballos.

Así que abrió una cuenta de OnlyFans que, según ha asegurado en diversas entrevistas, le enorgullece porque le permite continuar con el activismo contra el maltrato animal.

Foto: Facebook Cuacolandia
Foto: Facebook Cuacolandia

Según datos del 2023, el mantenimiento mensual del santuario superaba los 150 mil pesos, por lo que el proyecto también vive de donaciones, voluntarios, venta de productos de la marca Cuacolandia y de pensiones para caballos retirados a fin de que vivan en un espacio de varias hectáreas y con más animales a cambio de una renta mensual.

También se pueden hacer vistas al santuario y Elena Larrea se mantiene activa en redes sociales para difundir su labor.

En su Instagram, por ejemplo, tiene una campaña en la que busca hacer conciencia sobre qué pasa con todos esos caballos que se utilizan durante las vacaciones en la playa.



También ha hecho énfasis en las medidas de salubridad que se deben tomar en cuenta en el mantenimiento de los equinos.

Entre los rescates más famosos que ha tenido Cuacolandia, además del de Mila, destaca el de más de 40 caballos que eran usados en las calandrias de Acapulco.

Esos caballos también habían sido empleados en actividades del campo, tiraderos de basura y policías montadas de diferentes partes del país.

Otro dato curioso es que además de caballos y burros, en Cuacolandia se rescataron un par de llamas que ahora forman parte de la familia.

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