En Puebla, hasta el 2019 se tenía un registro de 166 casos de niñas, jóvenes y mujeres desaparecidas, pero al cierre del año 2020 hubo 223 casos, lo que equivale a un aumento del 34 por ciento, reveló el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla.

La organización presentó un informe con base en un seguimiento hemerográfico de casos reportados en el estado de Puebla de enero a diciembre de 2020.

La mayoría de los casos de desaparición registrados corresponden a niñas y adolescentes de 10 a 19 años, los cuales representan un 51 por ciento; el segundo grupo etario en situación de riesgo es el de las mujeres jóvenes de 20 a 29 años, que representa el 22 por ciento.

De los 21 casos que corresponden a niñas de 0 a 11 años, el análisis indicó que 3 casos involucran a menores de 1 año, en otros tres podría tratarse del delito de sustracción de menores y 15 niñas fueron localizadas con vida.

En el caso de las adolescentes señaló que sólo en dos casos se sabe que eran víctimas de violencia familiar y para salvaguardar su integridad salieron de su domicilio; dos adolescentes pudieron ser víctimas del delito de privación ilegal de la libertad y una del delito de sustracción de menores.

Únicamente en un caso las autoridades informaron que la adolescente fue víctima de los delitos de desaparición de persona e intento de feminicidio.

Además, 42 adolescentes fueron localizadas con vida y una murió en supuesto feminicidio.

En el grupo de mujeres de 18 a 23 años, que representa el 23 por ciento, resaltó que de un total de 42 jóvenes reportadas, 23 fueron localizadas con vida, dos de ellas sufrieron lesiones y una probable privación ilegal de la libertad. Dos jóvenes fueron localizadas sin vida.

En el documento “Desapariciones registradas en el 2020. Desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en Puebla. Registro hemerográfico 2020”, también se destacó que la ciudad de Puebla es el municipio donde tuvieron lugar 53 por ciento de los casos de desaparición.

Le siguen los municipios de Tlacotepec de Benito Juárez, Coronango, Venustiano Carranza, Acajete, Santiago Miahuatlán y Amozoc.

Los cinco meses en los que se identificó el mayor número de casos son: febrero, julio, octubre, agosto y septiembre, concentrándose particularmente en la segunda mitad del año.

Este dato es relevante debido a las modificaciones en la dinámica social en el contexto de la pandemia por Covid-19, ya que a partir del segundo trimestre del año la movilidad se redujo de manera sustancial y fue incrementándose nuevamente a medida que se inició la reapertura de las actividades económicas y sociales.

Por todo lo anterior, el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia recomendó que la Fiscalía General del Estado de Puebla, genere una base de datos para identificar circunstancias, grupos vulnerables, modus operandi, delimitación territorial, rutas y zonas de alto riesgo.

Sugirieron que la dependencia haga un desglose por edad, sexo, situación socioeconómica y origen nacional y/o étnico de las personas desaparecidas y lugar donde ocurrió la desaparición, con datos sobre denuncias y acciones de búsqueda inmediata, así como la localización de personas y la identificación de restos humanos.

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