En 2021, los poblanos tuvieron 207 días respirando una calidad de aire regular, equivalente a 57 por ciento de los 365 días del año, de acuerdo con el Informe Anual de Calidad del Aire Zona Metropolitana del Valle de Puebla.

En el documento, que comprende de enero a diciembre de 2021, destaca que hubo 65 días con calidad de aire mala, principalmente de febrero a abril y en diciembre.

Ese número representa una disminución de cinco días en comparación con el mismo periodo, pero del año 2020, cuando se contabilizaron 70 días con una calidad de aire mala.

De los 365 días del año 2021:

-93 días presentaron calidad del aire Buena, equivalente a 24 por ciento

-207 días presentaron una calidad de aire Regular, equivalente a 57 por ciento

-65 días presentaron una calidad de aire Mala, equivalente a 18 por ciento

El ozono y material particulado fueron los factores de contaminación del aire, siendo sus principales fuentes los procesos de combustión generados por vehículos, comercios, servicios y fuentes naturales como el volcán Popocatépetl, incendios forestales, entre otros.

El 7 de septiembre se celebra el Día Internacional del Aire Limpio para los Cielos Azules bajo el lema “El aire que compartimos”, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta efeméride surge a manera de concientizar a la población sobre la calidad de aire que respiramos, pues se estima que 99 por ciento de los habitantes del planeta actualmente llevan a sus pulmones aire contaminado.

Además, cada año, cerca de 7 millones de personas en todo el mundo mueren de manera prematura a causa de la contaminación atmosférica, el 90 por ciento de las víctimas mortales se ubican en países de bajos y medios ingresos.

En Puebla, la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) del gobierno estatal mide la calidad del aire con la Red Estatal de Monitoreo Atmosférico (REMA) que opera desde el año 2000.

Por medio de cinco estaciones, ubicadas en Agua Santa, Benemérito Instituto Normal del Estado (BINE), Parque de la Ninfas, Universidad Tecnológica de Puebla (UTP) y en el velódromo, se puede conocer la concentración de contaminantes suspendidos en el aire.

De acuerdo con el Índice de Calidad del Aire (ICA), el cual es un indicador para medir su calidad y comunicar los potenciales riesgos a la salud de la población, actualmente la calidad del aire en la capital del estado es buena, lo que significa que los riesgos a la salud son bajos.

Los intervalos registrados de contaminantes en el aire, al cierre de esta nota, eran de 41 en Ozono, 9 de dióxido de nitrógeno, 11 en monóxido de carbono, 10 de intervalo en monóxido de azufre, 24 en partículas menores a 10 micrómetros y 13 en partículas menores a 2.5 micrómetros.

Entre más alto sea el valor del índice, mayor es la concentración de los contaminantes, por lo que se considera una calidad de aire:

-Mala cuando los intervalos son de 101 a 150

-Muy Mala cuando es de 151 a 200

-Extremadamente mala cuando es de 201 a 300

-Peligrosa de 301 a 500

Son nuestras actividades diarias las que aportan emisiones que contaminan el aire, por ejemplo, el uso del auto, el cual se puede reducir la emisión de contaminantes si se emplea la bicicleta, si se camina más, si se usa el transporte público o se comparte el automóvil con otras personas.

Otro factor de contaminación puede ser la fuga de gas de manera oculta en estufas o calentadores, así como la quema de llantas, basura y el encendido de fogatas.

De la misma manera hay que evitar el uso de aerosoles para el cabello y pinturas de base solvente, sobre todo en interiores.

En el campo, el uso de productos químicos también afecta la calidad del aire, pues existen fertilizantes y conservadores que terminan por ascender a la atmósfera y generan efectos nocivos en la capa de ozono.

En tanto, la industria también es un factor de contaminación ya que la quema de materiales como aceites, petróleo y carbón llevan a que contaminantes queden suspendidos en el aire.

Lo mismo ocurre con la producción de electricidad, por lo que es importante cuidar este recurso, pues a mayor demanda, las plantas electrificadoras tienen que trabajar más procesos químicos para convertir y llevar luz a los lugares, liberando gases contaminantes al ambiente.

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