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Cinco joyas arquitectónicas de Puebla que son famosas en el mundo

Puebla es uno de los principales lugares donde floreció el Barroco

La Catedral de Puebla es uno de los símbolos más emblemáticos del Barroco | Foto: Instagram Catedral de Puebla
21/09/2023 |14:20
Erika Rodríguez
RedactorVer perfil

Considerada como un gran exponente del arte barroco, Puebla es una de las ciudades más hermosas de México, por su riqueza cultural, gastronómica y arquitectónica.

Este estilo arquitectónico llegó a América con los españoles, solo que a diferencia de Europa, éste tuvo la intervención de frailes y artistas europeos, así como indígenas, criollos y mestizos.

Así fue como el barroco novohispano obtuvo originalidad y características propias muy diferentes al europeo.

Puebla es uno de los principales lugares donde floreció esta corriente artística y esto se ve reflejado en casi todo en el estado.

Es por eso que hemos decido hacer un top de las cinco construcciones más barrocas del estado de Puebla.


Templo de San Francisco Acatepec

En San Andrés Cholula se encuentra una de las joyas arquitectónicas más importantes del estado de Puebla, el Templo de San Francisco Acatepec, considerado una obra maestra del barroco mexicano.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), este monumento religioso pertenece al siglo XVIII y es famoso por su fachada, ya que está elaborado con piezas de cerámica y loza de talavera.

Asimismo, los colores de su fachada tienen un significado, por ejemplo: blanco y azul por la Virgen María, y en colores verde y amarillo por San José.

El interior también es digno de admiración, pues cuenta con varios elementos representativos de este estilo muy similares a los de la Capilla del Rosario en Puebla.

Cabe destacar que en su apogeo se decía que este templo “era de porcelana” y que era digo de guardarse bajo un capelo de cristal.


La Capilla del Rosario

Sin embargo, en la ciudad de Puebla también tenemos una obra maestra del barroco mexicano considerada en su época como “Octava Maravilla del Nuevo Mundo”.

La Capilla del Rosario, ubicada en el Templo de Santo Domingo, se construyó durante el siglo XVII, por frailes dominicos durante la evangelización.

Fue la primera capilla dedicada a la Virgen del Rosario en todo el país. En 1690, fray Diego de Gorozpe la nombró la “octava maravilla”.

Se sabe que en su interior está cubierta por láminas de oro de 24 quilates.

En 1987, la Capilla del Rosario fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.



El Museo Casa de Alfeñique

Este inmueble estilo barroco poblano se construyó en 1790 y se encuentra en el Centro Histórico de la ciudad.

La Secretaria de Cultura señala que este edificio lleva el nombre de Casa de Alfeñique por su fachada ricamente decorada con argamasa que se asemeja al dulce de alfeñique, el cual se realizaba con azúcar, clara de huevo y almendras.

Cuenta la leyenda que fue construida así a petición de la enamorada del dueño, quien, como condición para casarse con él, le dijo que le construyera una casa hecha de azúcar.

Como dato curioso, la Casa del Alfeñique es el primer museo del Estado de Puebla que abrió sus puertas al público el 5 de Mayo de 1926.


El Patio de los Azulejos

Este inmueble histórico que data del Siglo XVII, también fue conocido como la casa de ejercicios San Felipe Neri.

Su construcción inició en 1793 gracias a los esfuerzos del padre Cayetano Medina quien consiguió los recursos y la autorización.

Desde entonces hasta la fecha, ha sido utilizado con fines religiosos, sociales, culturales y educativos.

Su decoración es una mezcla de piedra, ladrillo y mosaicos de azulejos, en tonos amarillo, blanco, azul y verde, que forman motivos florales.

Originalmente, esta construcción era una casa religiosa, pero después de la reforma se convirtió en una vecindad.


La Catedral de Puebla

Por último, no podría faltar uno de los íconos más representativos de la ciudad.

La Catedral de Puebla también es considerada como una de las más bellas en Latinoamérica por su arquitectura barroca.

Su fachada es de cantera gris procedente del cerro de Guadalupe y su cúpula fue pintada por Cristóbal de Villalpando.

Actualmente, forma parte de los inmuebles más importantes del Centro Histórico, declarado Patrimonio Cultural desde 1987 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).