Cambios en el comportamiento, afectaciones emocionales y deterioro en la formación académica son las principales repercusiones en los estudiantes que pasaron de clases presenciales a virtuales, señaló el académico Enrique Cárdenas.

Consideró que mediante las sesiones online es muy difícil llevar un control de calidad en términos de aprendizaje. Por ello, hay alumnos que decidieron suspender sus estudios para esperar hasta que haya clases presenciales, sin que exista además la certeza de cuántos efectivamente las retomarán.

Clases online provocan ansiedad, enojo y frustración en más del 50% de jóvenes poblanos
Clases online provocan ansiedad, enojo y frustración en más del 50% de jóvenes poblanos

El investigador de la , dijo a , que México es uno de los muy pocos países en todo el mundo que decidieron cerrar las escuelas con efectos no solo negativos en la educación, sino también en la salud mental, pues se tienen datos que más de la mitad de los escolares tiene ansiedad, enojo y frustración. Además, el 20 por ciento, padece depresión.

“Hay un movimiento de madres y padres de familia que se llama Abre Mi Escuela. Tratan de dialogar con los gobiernos para que de manera ordenada, con todos los protocolos de seguridad, como ocurre en el resto del mundo, puedan abrir las escuelas, porque tanto los escolares como las mamás están en unos niveles de ansiedad y depresión insostenibles”, comentó.

El investigador subrayó que más allá de los trastornos por el cambio de la educación presencial a online, es más preocupante el rezago que se está viviendo en todos los niveles educativos, porque apenas la mitad de la población tiene acceso a internet y el 75 por ciento de las mamás que apoyan a sus hijos tiene menos escolaridad que ellos y eso hace difícil que los ayuden en sus tareas.

Alertó que esta situación podría provocar la pérdida de toda una generación porque el abandono escolar en el nivel superior les trunca la carrera y, por lo tanto, sus expectativas laborales disminuyen, con repercusiones adversas a lo largo de su vida.

Otro de los efectos negativos es que el nivel de aprendizaje en las clases virtuales es menor que el que se tendría de manera presencial. Peor aún si se trata de materias o carreras como las ciencias naturales, cuyo componente principal de la enseñanza son los talleres, laboratorios y experimentos.

Por otra parte, un estudio elaborado por Yulia Solovieva y Luis Quintanar Rojas, del Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía de Puebla, reveló que mientras los maestros consideran que necesitan mayor capacitación para poder tener un mejor manejo de sus clases en línea, los alumnos consideraron que esta forma de educación les resulta inviable porque “no aprenden nada, solo repasan, no se les explica, los padres les ayudan y las tareas son muy tediosas”.

En el estudio sobre “Los efectos del confinamiento por la pandemia Covid-19 sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje en los niveles básico y medio en el estado”, destacaron que para los niños y jóvenes, la comunicación vivencial, la empatía, el contacto visual y la cercanía corporal son elementos indispensables en su formación.

En cambio, los maestros no consideran esos aspectos como una necesidad, pues se preocupan más por dar clase, cubrir el programa, repasar y calificar.

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