Uno de los secretos mejor guardados de la Sierra Norte de Puebla es que tiene su propio África.

Se trata de San Antonio África, una pequeña población que hasta el último censo poblacional tenía menos de mil personas y que cuenta una historia que data desde el porfiriato.

De acuerdo con lo que han señalado algunos habitantes de esta comunidad del municipio de Tepatlán, se le comenzó a llamar así por ser una especie de tierra prometida en la que, si bien el acceso era difícil, podían encontrarse tierras para la siembra.

Además, se llama San Antonio en honor a San Antonio de Padua, un santo portugués al que adoptaron como suyo. En torno a él, cada junio hacen festejos que incluyen danzas, actividades como el palo encebado y jaripeo.

Dentro de sus actividades del campo destaca el cultivo de café y también son ricos en gastronomía con la elaboración de tamales y moles.

Su paisaje -a diferencia de lo que se observa en la mayor parte del continente africano-, es verde y de alta montaña al estar en los límites con Veracruz.

También son comunes las neblinas y su clima es húmedo y frío, lo que hace a los pobladores sacar al tigre, pero no de la selva sino el de la cobija.

En el censo de 2020 se contabilizó que vivían ahí 713 personas, 340 hombres y 373 mujeres.




En edad poblacional, 299 son menores de edad, 414 adultos y 85, tienen más de 60 años.

Las estadísticas también permiten conocer que 702 personas son indígenas y 73 de ellas sólo hablan totonaco, no español.

El poblado tiene 174 hogares, de los cuales 173 tienen piso de tierra y 26, sólo una habitación. El acceso a la tecnología también es limitado, pues sólo 143 de las casas reportaban tener energía eléctrica, no había ninguna computadora, cuatro familias tenían lavadora y 73, una televisión.

En cuanto a la educación se reportó que solo 51 personas tenían más allá de la educación básica, 45 habían completado ese nivel, 199 tenían una escolaridad incompleta y había al menos 205 personas en condiciones de analfabetismo.

Para llegar a África desde la capital poblana se requiere un trayecto de casi cinco horas que atraviesa por parte de Tlaxcala y varios municipios.

El camino incluye llegar a la ciudad de Apizaco, después a Tlaxco, Chignahuapan, Huauchinango, Xicotepec de Juárez, Zihuateutla y de ahí tomar el camino hacia la comunidad de Buenos Aires que es la más cercana a las tierras africanas.

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