El patrimonio natural de Puebla está conformado por escenarios únicos que resguardan biodiversidad, historia y cultura. Desde volcanes milenarios hasta selvas áridas llenas de cactus, estos tesoros verdes no solo son pulmón ecológico del estado, también son refugio de especies endémicas y destinos imperdibles para los amantes del ecoturismo.
¿Qué es el patrimonio natural?
El patrimonio natural se refiere a los espacios, especies y formaciones geológicas que tienen un valor excepcional por su biodiversidad, su belleza escénica o su importancia ecológica, científica o cultural. Este puede estar conformado por reservas de la biósfera, parques nacionales, ríos, montañas, selvas, especies animales o vegetales, entre otros.
Su preservación es clave para garantizar el equilibrio ambiental, mantener los servicios ecosistémicos y conservar la riqueza natural para las generaciones futuras.
¿Cuál es el patrimonio natural de Puebla?
Puebla cuenta con una destacada red de áreas naturales protegidas que resguardan su biodiversidad. A continuación, te presentamos cinco de sus principales tesoros verdes:
1. Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán
Considerada Patrimonio Mixto de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), esta reserva ubicada entre Puebla y Oaxaca es un mosaico de historia natural y cultural.
Alberga el mayor número de especies de cactus columnares en el mundo, además de guacamayas verdes y vestigios de los primeros cultivos mesoamericanos. Es un desierto con paisajes espectaculares y rutas arqueológicas que muestran los orígenes de la agricultura.
2. Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl
Este parque nacional de más de 40 mil hectáreas forma parte del Eje Volcánico Transversal. Sus montañas han sido veneradas desde la época prehispánica y hoy resguardan una impresionante biodiversidad.
Destacan especies endémicas como el conejo de los volcanes, así como hongos, árboles y aves únicas. Además, es un sitio de enorme importancia hídrica y ecológica.
3. Parque Nacional La Malinche
Ubicado entre Puebla y Tlaxcala, este parque protege al volcán La Malinche, una de las cumbres más altas del país. Con más de 46 mil hectáreas de bosques de encino y oyamel, es hábitat de más de 900 especies de fauna, muchas de ellas endémicas.
También es un sitio clave para el abastecimiento de agua en la región y un destino favorito para practicar senderismo y ciclismo de montaña.

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4. Zona Hidrográfica del Río Necaxa
Esta área protegida en la Sierra Norte de Puebla destaca por su sistema de ríos, manantiales y cascadas como Salto Grande y Salto Chico. Sus bosques permiten la captación y conservación del agua que abastece a ciudades y sectores industriales.
Es hábitat de especies como el jaguar, ocelote y rana jaspeada. Además, ofrece actividades de ecoturismo y deportes extremos.
5. Parque Estatal Flor del Bosque
Localizado a tan solo 10 km de la ciudad de Puebla, este parque estatal representa un oasis verde en plena zona metropolitana. Con 664 hectáreas, alberga venados cola blanca, guacamayas, ardillas y una extensa variedad de flora.
Es uno de los sitios preferidos por familias y excursionistas por su fácil acceso y actividades recreativas, educativas y de conservación.
Por ello, Puebla no es solo historia y arquitectura; también es naturaleza viva. Sus áreas protegidas representan un patrimonio natural invaluable que contribuye a la salud del planeta, fortalece la identidad de sus comunidades y enriquece la belleza del estado.