La discusión sobre qué representa una mayor amenaza para Puebla, el volcán Popocatépetl o el cambio climático, ha generado debate entre especialistas y ciudadanos. Ambos fenómenos implican riesgos importantes para la región, por lo que le consultamos a la Inteligencia Artificial (IA) para conocer su análisis.
En las últimas semanas, el volcán Popocatépetl, conocido cariñosamente como Don Goyo, ha mantenido una actividad constante que ha puesto en alerta a las autoridades y a la población de Puebla. De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), tan solo el 21 de mayo de 2025 se registraron 16 exhalaciones de baja intensidad, acompañadas de vapor de agua, gases volcánicos y ligeras cantidades de ceniza.
Además, se detectaron 11 minutos de tremor de baja amplitud y un sismo volcanotectónico de magnitud 1.1. Por ahora, el Semáforo de Alerta Volcánica permanece en Amarillo Fase 2, lo que implica actividad intermedia con posible expulsión de fragmentos incandescentes y ceniza en áreas cercanas al cráter.
Las autoridades recomiendan no acercarse al volcán y mantenerse informados a través de canales oficiales de Protección Civil.
Mientras tanto, los efectos del cambio climático ya se sienten en diversas regiones del estado. Tan solo en abril de 2025, Puebla registró una temperatura máxima promedio de 29 grados centígrados, lo que representa un incremento de 1.2 grados en comparación con el mismo mes en 2015.
El panorama no mejora para los próximos meses. Se pronostica que durante la canícula, que se extenderá del 3 de julio al 11 de agosto, algunas zonas del estado podrían alcanzar temperaturas de hasta 45 grados centígrados. Este calor extremo podría afectar severamente la salud de la población, la producción agrícola y la disponibilidad de agua.
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Ambos fenómenos presentan riesgos importantes, pero de naturaleza distinta:
Para entender mejor qué representa un mayor peligro, preguntamos a la Inteligencia Artificial, que analizó ambos escenarios desde una perspectiva de impacto y alcance.
La IA concluyó que, si bien el Popocatépetl representa un riesgo puntual y localizado, el cambio climático es una amenaza más silenciosa pero de largo plazo, cuyos efectos ya se manifiestan en el estado. A diferencia de una erupción volcánica, el calentamiento global no puede ser detenido con una evacuación, y exige cambios estructurales y una mayor conciencia ambiental.
La IA advierte que ambas amenazas deben ser atendidas simultáneamente. Para el volcán, es vital continuar con la vigilancia científica y la preparación ciudadana. Para el cambio climático, urge implementar políticas públicas que promuevan la sostenibilidad, la adaptación y la reducción de emisiones.
En resumen, la amenaza más persistente para Puebla no es la que se ve salir del cráter, sino la que se siente todos los días en el aumento del calor, la sequía y los fenómenos extremos.