Desde 1994, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, con el propósito de concientizar sobre el cuidado que se debe tener a esa delgada capa gaseosa que cubre el planeta.
La capa de ozono se encuentra, desde la superficie terrestre hasta una altura aproximada de 60 kilómetros, pero aún cuando pareciera demasiado lejos, a los seres humanos nos afecta su deterioro.
En un artículo publicado por María Luisa Santillán, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se explica que en las distintas capas que componen la atmósfera, tropósfera, estratósfera y mesósfera se pueden encontrar gases y partículas, sólidas y líquidas, que tienen distintas funciones.
Algunas de esas funciones son regular la temperatura del Planeta y protegernos de la radiación ultravioleta, pues estar expuestos a altos niveles de ésta puede causar enfermedades, dañar a los animales, las plantas y los microbios.
Investigaciones revelan que existen ciertos gases industriales, identificados como clorofluorocarburos (CFCs), que liberan átomos de cloro que destruyen al ozono.
Estos gases se encuentran en los refrigerantes, los aerosoles, el aire acondicionado y como agentes para la fabricación de espumas plásticas.
En tanto, una publicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), titulada “Contaminación Atmosférica y Salud”, señala que el daño a la capa de ozono es la causa principal de cambios histopatológicos como la multiplicación excesiva de las células de un órgano o tejido, queratinización de la piel y pelo e inflamación de la mucosa nasal.
Además, el ozono provoca inflamación en los pulmones y reduce la habilidad del sistema respiratorio para luchar contra infecciones y para eliminar partículas extrañas.
“En consecuencia, el ozono complica el estado de salud de quienes padecen asma, enfisema o bronquitis crónica. No obstante, también altera la respiración de las personas saludables, causando irritación de garganta y daño permanente a los pulmones”, se señala en el escrito.
Algunos de los síntomas son: tos, dolor de pecho al respirar, sequedad de garganta, dolor de cabeza y náusea.
Además, al adelgazarse la capa de ozono, los rayos ultravioleta pueden tener mayor penetración a la atmósfera, los cuales provocan cáncer en la piel y cataratas en los ojos.
La destrucción del ozono está ocurriendo de manera acelerada en todas las latitudes de ambos hemisferios del planeta.
Por ello, la necesidad de concientizar a la población para que se reduzca la emisión de gases que destruyen la capa de ozono, desde actividades industriales hasta el uso de productos químicos cotidianos para nuestra vida diaria.
Algunos consejos son:
-Eliminar uso de aerosoles como desodorantes, perfumes o insecticidas, ya que contienen clorofluorocarbonos.
-Eliminar los halones de los extintores.
-Reducir el uso de vehículos a motor y viajes en avión y grandes embarcaciones. Se sugiere hacer mayor uso del transporte público y vehículos ecológicos como la bicicleta y compartir el auto.
-Limpiar con productos libres de tóxicos. Se pueden usar elementos naturales como el vinagre y el bicarbonato para limpiar el hogar sin contaminar.
-Comprar productos de kilómetro cero, es decir, locales y de temporada que no lleguen desde otro lugar del mundo, ya que el transporte contribuye a la emisión de contaminantes.
Se consideran productos de kilómetro cero todos aquellos que tienen desplazamientos inferiores a los 100 km hasta llegar en su punto de venta.
Ahora que conoces más sobre la importancia de la capa de ozono para el cuidado de nuestro Planeta, ¿qué cambios harás en tus hábitos diarios?.