Las mujeres que se encuentran en las cárceles en su mayoría son pobres y se ubican en estado vulnerable, además de que son sometidas a discriminación.

Ese es el panorama que describió la abogada Maricela Pichón Acevedo, en un foro en el marco de la conmemoración de la mujer trabajadora el 8 de marzo organizado por la Red Plural de Mujeres en Puebla.

Expuso que las personas en este estado, cuentan con historias de violencia física y sexual, responsables de delitos algunos sin antecedentes penales y con niveles de estudios muy bajos.

Además, tienen una baja o nula capacitación para el trabajo y con un historial laboral marcado por la informalidad y precariedad.

“Muchas han sido víctimas de formas específicas de violencia, de género y por otra parte su historial delictivo, cuando existe, está relacionado con esas experiencias de violencia y su dependencia por un hombre”, declaró.

La especialista resaltó que algunos casos de mujeres en las cárceles son acusadas porque decidieron matar antes de permitir que alguien les hiciera daño a ellas, sus hijos o hijas.

Reveló que para el sistema penitenciario resulta una carga doble una mujer en los penales porque muchas de ellas tienen problemas de salud, algunas entran embarazadas o acompañadas de sus hijos recién nacidos, u otras con menores en lactancia.

Pichón Acevedo añadió que las mujeres representan el 6.5 por ciento de la población penitenciaria en México, al ser un porcentaje menor en contraste con los hombres, ha sido un sector invisibilizado.

“Gran parte de los reclusorios de mujeres en nuestro país son mixtos y no cuentan con una correcta separación lo que llega a causar muchos problemas y discriminación”, puntualizó.

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