Entre las características que convirtieron a Cholula en un Pueblo Mágico de Puebla destaca el vínculo que guarda con la cultura prehispánica.
Esta existió en la ahora zona turística hasta 1519 cuando se registró la conocida como Matanza de Cholula, un ataque que realizaron las fuerzas militares de Hernán Cortés en su trayecto hacia la Ciudad de México.
De esas raíces, sin embargo, se conservan tradiciones y costumbres como tres de las principales celebraciones cholultecas.
Una de ellas es El Trueque, que se realiza cada 8 de septiembre y que se considera como una veneración ancestral a Quetzalcóatl, una de las principales deidades de la cultura Mesoamericana.
En esta práctica se intercambian bienes agrícolas con otros de ese tipo e incluso artesanías.
Apenas en 2023 se declaró Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Puebla para darle un reconocimiento, pero también para poner reglas que permitan conservarlo.
Así, para la práctica que se realiza en la Plaza de la Concordia y los portales de San Pedro Cholula establecen los productos que se pueden intercambiar en una lista que incluye bienes de la región.
Entre ellos, incienso, artesanías, barro, palma, ámbar, cobre, tejidos, peras, duraznos, nueces, chiles poblanos, panes de fiesta y dulces.
Una tradición más que se celebra en San Pedro es el Tlahuanca o Fiesta de la Embriaguez Espiritual, que ahora es una festividad religiosa, pero que tiene un origen mixteco.
El festejo estaba dedicado a pedir por las cosechas y coincidía con el calendario solar náhuatl. De acuerdo con fichas sobre la actividad incluía sacrificios humanos de prisioneros de combate y se repartía pulque a la población en la conocida como la Fiesta de la Embriaguez Espiritual.
Posteriormente, se convirtió en una celebración que conmemora a San Pedro de Ánimas, una de las principales imágenes de la comunidad.
Acontece en la segunda veintena del calendario solar náhuatl, pero también en el cuarto lunes de la Cuaresma.
La organización está a cargo de los mayordomos de los 10 barrios y se entregan varios litros de pulque a los asistentes.
Al igual que en otras partes de México, en Cholula se celebra el Día de Muertos en noviembre con prácticas que datan desde la época prehispánica.
Entre las actividades que destacan están las primeras ofrendas que aunque no son tan onerosas y detalladas como las de Huaquechula, sí retoman ropa y alimentos favoritos de los difuntos del último año.
Una práctica que tiene que ver con el sentido comunitario de los cholultecas es que los asistentes a la colocación de las primeras ofrendas entregan a las familias ceras que tienen como objetivo iluminar el camino de los difuntos y en ocasiones también se da dinero.