Al sur de la ciudad de Puebla, en el municipio de San Gregorio Atzompa, se encuentra Chipilo, una localidad conocida como la pequeña Italia de Puebla y aquí te decimos quiénes la fundaron.
En Chipilo de Francisco Javier Mina la vida se desarrolla de manera normal todos los días, los niños en la escuela, las mujeres en casa o en los negocios y los hombres trabajando en el campo y con el ganado. Pero los fines de semana recibe a turistas y visitantes que admiran las construcciones, la organización de sus habitantes y desde luego, su gastronomía.
La distancia a Chipilo desde la ciudad de Puebla es de 15 kilómetros y desde la Ciudad de México, 120 kilómetros. Se puede llegar por la carretera federal a Atlixco.
Los datos que se comparten en el Museo de la Migración Italiana en Chipilo dan cuenta de que familias italianas dejaron sus casas en la provincia de Belluno, en la región de Véneto, al norte de Italia, debido a la pobreza en la que se encontraban.
Esa crisis fue consecuencia de las inundaciones que hubo en Véneto al desbordarse el río Piave.
En ese entonces, el presidente Porfirio Díaz, quien amaba la vida europea y quería modernizar México, abrió las puertas del país a migrantes erupeos a cambio de que enseñaran a los mexicanos técnicas modernas de producción, por ejemplo, en agricultura.
La única condición que el gobierno de México puso a los migrantes es que debían mudarse familias completas, cuyos jefes de familia debían ser campesinos y católicos, para evitar conflictos religiosos y que no tuvieran defectos físicos.
En 1881, llegaron los primeros italianos -eran cerca de 3 mil-, por el puerto de Veracruz.Después de pasar por el área de sanidad para evitar que trajeran sarampión y otras enfermedades, abordaron el tren para poblar diferentes colonias en distintas partes del país.
Por el tren de Orizaba llegaron las familias italianas a Puebla. De Puebla a Chipilo se desconoce si llegaron en carretas o montados en bestias.
De acuerdo con el portal puntodincontro.mx, los migrantes italianos se asentaron primero en Cholula, pero al final fueron llevados a la Hacienda San Diego Chipiloc, la cual estaba abandonada, para que ahí hicieran fértil las tierras en campos de cultivo.
De hecho, el nombre original de Chipilo es Chipiloc, una palabra náhuatl que se traduce como “lugar donde corre el agua”, porque hace mucho tiempo fluía un arrollo. Pero con el tiempo y la costumbre, los pobladores le fueron quitando la letra "c" a la palabra y ahora se pronuncia Chipilo.
El 7 de octubre de 1882, día de la Virgen del Rosario, se estableció como la fecha de fundación de Chipilo, luego de que los italianos, quienes eran devotos de esa virgen, celebraron una misa en la capilla de la Hacienda de San Diego, hoy convertida en el Colegio Unión.
En el Museo de la Migración Italiana se puede leer que los inmigrantes italianos que se quedaron en Puebla fueron 434, originarios del pueblo de Segusino y de los pueblos aledaños en Treviso, perteneciente a la región del Véneto.
Fueron las familias Berra, Dossetti, Colombo, Carnelli, Mazzocco, Galeazzi, Faccinetto, entre otras decenas de apellidos italianos que se conservan al igual que sus costumbres y tradiciones. Y su dialecto, que es una variedad del bajo belunés.
Es importante descartar que el véneto que se habla en Chipilo es único, pues es una combinación de ese lenguaje italiano -que ya casi no se habla en Italia- con el castellano.
¿Qué hay en Chipilo?
Debido a que sus habitantes no encontraron buenas tierras para el cultivo, decidieron emprender en la ganadería y con ello produjeron y siguen produciendo leche y sus derivados, lo que les ha dado fama por la calidad de sus quesos, cremas y mantequillas.
Los visitantes pueden encontrar en Chipilo trattorías, pizzerías y tiendas que venden variedad de queso, panes, flanes, postres con leche y mucho más.
También pueden admirar la pequeña parroquia de estilo neoclásico cuyo campanario está detrás y no adelante. Esta iglesia está dedicada aSan Antonio de Padua, un santo muy venerado en el Véneto.
Hay una plaza contigua donde está el centro cultural Casa de Italia y el Museo de la Migración Italiana, mientras que en la avenida principal hay restaurantes para desayunar, comer o cenar.
Además, Chipilo tiene su propio himno, cuyo compositor fue Humberto Orlasino Gardella.