El asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua evidenció la hostilidad e inseguridad con la que los párrocos representan a la iglesia católica en comunidades, situación que en Puebla no es la excepción.

Tan sólo en el último año, cuatro localidades que forman parte de la Arquidiócesis de Puebla registraron tanto protestas de feligreses para destituir a los religiosos, como inseguridad.

A inicios de agosto de 2021, en la localidad de La Uno perteneciente al municipio de Venustiano Carranza,  fue golpeado y amarrado el sacerdote Francisco Serafín Luna, hecho en el que se presumió el robo de al menos 45 mil pesos.

De acuerdo con las autoridades locales, los hechos ocurrieron cuando un hombre de aproximadamente 24 años entró a la Iglesia de San Pedro y San Pablo bajo el pretexto de solicitar información sobre el costo de una misa.

Sin embargo, el religioso fue sometido con un arma de fuego y otros dos hombres auxiliaron en el asalto para después huir con el dinero en efectivo.

Hacia los meses de septiembre y octubre del año pasado, en cambio, la comunidad de San Pedro Benito Juárez en Atlixco realizó al menos dos manifestaciones para exigir la destitución del párroco Humberto Victoria Huerta.

A decir de los inconformes que ocuparon el atrio, la plaza pública y la calle principal, se exigía a la Arquidiócesis que frenara una supuesta extracción de documentos con información de registros de la población para evitar un conflicto social.

Recientemente fue también polémico el caso de la parroquia de Cuautlancingo en donde el 1 de mayo un grupo de personas, presuntamente alcoholizadas, según versiones de la misma Arquidiócesis, interrumpieron con violencia una misa.

Los inconformes estaban en contra de una obra con permisos de autoridades eclesiásticas y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con la que se pretenden conmemorar 500 años de la primera misa.

Los hechos fueron denunciados formalmente ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y las actividades religiosas fueron suspendidas por  algunos días en la parroquia.

En el mismo mes, vecinos de San Miguel Hueyotlipan denunciaron en protestas altos costos de misas y también pidieron la intervención de la Arquidiócesis de Puebla.

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