Los criminales en todos los planos, ya sea local, estatal o nacional, son más conocidos por los sobrenombres que utilizan.
Pareciera que se trata de una regla no escrita, de la que no escapa nadie. Y por supuesto que en esa materia Puebla tiene algunos ejemplos por demás relevantes.
Los ha habido antaño, pero en la era moderna algunos de los más sobresalientes, por ser del dominio público, son los siguientes.
En principio “El Bukanas”, Antonio de Los Santos, operaba en Palmar de Bravo, se enfocó en el robo de combustibles.
Es considerado como parte del Cártel de Los Zetas, durante un tiempo estuvo en las filas de la Policía en el estado de Veracruz.
“El Toñín”, Antonio Martínez Fuentes, es originario del municipio de Quecholac. Opera en el Triángulo Rojo.
Aún se encuentra prófugo de la justicia y se le relaciona con el robo de combustible en la zona.
“El Mamer”, quien en realidad se llama Jalil Jacobo Peralta, es uno de los líderes de bandas dedicadas al robo de hidrocarburos que opera en “El Triángulo Rojo”. Fue aprehendido en enero de 2021.
Se le identifica como fundador de la célula delincuencial Sangre Nueva Zetas en Puebla, es originario de Veracruz, donde también era buscado.
En agosto de 2022, aprehendieron a Felipe N.,“El Víbora”, cómplice y lugarteniente de “El Bukanas”.
Otros apodos como “El Caimán”, con el que se identifica a Javier Francisco N., quien controla el mercado de La Cuchilla o “El Grillo”, José Christian N., exlíder de narcomenudistas en el mercado Morelos, resaltan en la reciente historia del crimen en Puebla.
Pero la relación de apodos, sin duda, es larga y se aplica no solo a personas, sino a organizaciones o grupos criminales.
De acuerdo con registros periodísticos, entre otros, en Puebla operan u operaron en su momento: Sangre Nueva Zeta, Los Téllez, Los Granados y el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Rojos y Los Michoacanos, los dos últimos con presencia básicamente en la región Mixteca.