Así como hay poblanos reconocidos en el mundo de la música, del espectáculo, en la política y hasta como influencer en las redes sociales, también hay científicos que con sus investigaciones fueron reconocidos a nivel mundial.
Sus publicaciones e investigaciones fueron conocidas en escuelas nacionales y fuera del país, como bases para dar continuidad a otros avances de la ciencia.
Conoce a los cuatro científicos que con sus aportaciones cambiaron al mundo.
1.Albert Vinicio Báez
Nació en Puebla el 15 de noviembre de 1912 y murió por causas naturales en Redwood City, California, Estados Unidos, el 20 de marzo de 2007.
Desde muy pequeño inició su formación académica en Nueva York, debido a las actividades de su padre, quien era un ministro metodista.
Su formación universitaria la encabezó en el área de las matemáticas y la física, logrando egresar en 1933 y dos años después terminó la maestría en la Universidad de Syracuse.
En 1948 desarrolló el microscopio de rayos x, apto para examinar células vivas y al pasar de los años, creó un juego de ópticas para un telescopio de rayos x.
Impartió clases en varias universidades de Estados Unidos, así como en Bagdad y París. De igual manera, fue representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO por sus siglas en inglés) en varios países.
El doctor Báez realizó casi un centenar de filmaciones sobre física para la Corporación Educativa de la Enciclopedia Británica entre 1967 y 1974.
En los últimos años, luego de jubilarse, se dedicó a promover la mejora en la calidad de vida de los países en vías de desarrollo.
Por medio de la organización no gubernamental Vivamos Mejor, encaminó sus pasos a favor del desarrollo científico de América Latina.
Fue un científico mexicano nacionalizado estadounidense con doctorado en Física. Es además, el padre de la artista y cantante Joan Báez y tío del matemático estadounidense y divulgador científico, John Báez.
2.Jacobo Isaac Ochoterena y Mendieta
Originario de Atlixco, nació el 20 de noviembre de 1885 y murió en la Ciudad de México, el 11 de abril de 1950 y sus restos están sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Estudió en Puebla y en la Escuela Normal de Tlaxcala, posteriormente se estableció en la capital del país para profundizar sus estudios en biología, botánica, como docente e investigador autodidacta.
Como docente logró su plaza en una escuela de Tlatlauquitepec, en la Sierra Norte de Puebla, donde compaginó sus investigaciones sobre la flora de la Sierra de Puebla y la Fisiografía de Tlatlauquitepec y Cholula.
De 1907 a 1939 ejerció su profesión de docente y trabajos de investigación en escuelas de estados como Durando, San Luis Potosí, Ciudad de México, Estado de México y otras entidades, donde impartió clases de biología, de historia natural, antropología, histología y otras materias que aprendió de manera autodidacta.
Fue jefe del Departamento de Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en 1940 recibió el Doctorado Honoris Causa en esa misma institución.
También fue miembro de varias asociaciones de biología de México, de Chile, Francia, de la Sociedad de Médicos y Naturalistas de Würzburg en Alemania, de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid en España, de la Sociedad Nacional de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Washington y de la Cactus and Succulent Society of America de California, donde compartió las más de 230 investigaciones que realizó y publicó.
3.Gilberto Palacios de la Rosa
Nació en San Hipólito Xochiltenango, junta auxiliar del municipio de Tepeaca, el 17 de septiembre de 1913.
Murió de manera repentina el 2 de julio de 1973 en Chapingo y es el único exdirector de Chapingo cuyos restos descansan en el campus universitario.
Fue un ingeniero agrónomo que dedicó su vida a la investigación y a la academia agrícola en México, por lo que se enfocó a la selección genética de las plantas y la formación de variedades sintéticas.
Sus mayores precedentes fueron sobre el árbol del hule y la planta del maíz, desde la colecta del material genético en Asia, hasta la selección de los clones más productivos en las condiciones de México y la combinación de esta característica con la resistencia a enfermedades.
Su inserción en la investigación genética del maíz trajo como resultado la selección recurrente de líneas de maíz mejorado, la introducción del carácter amarillo, la generación de híbridos resistentes a la sequía y la formación de variedades sintéticas, encaminadas a que los agricultores no tuvieran que comprar semilla cada año.
En 1957, sus investigaciones lo llevaron a seleccionar la línea de Zea mays híbrido Michoacán 21 Compuesto 1-104, utilizada para desarrollar el maíz resistente a la sequía, cuyo desarrollo continúa y es considerada por especialistas como la contribución más destacada de Palacios.
4.Constantino Reyes-Valerio
Fue originario de Zinacatepec, Puebla, donde nació el 10 de enero de 1922 y murió en la Ciudad de México, el 13 de diciembre de 2006, víctima de un asalto.
Es reconocido por sus trabajos de investigación, maestro en historia por la UNAM y en química, así como docente en bacteriología por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) e investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por más de 40 años.
Sus aportaciones principales fueron sobre la composición química del pigmento azul maya y la propuesta del término indocristiano y la profusión en la investigación sobre iconografía.
Su contribución fotográfica al INAH fue reconocida en el 2009 cuando se nombró la fototeca de la Coordinación Nacional de Monumentos Culturales como la Fototeca Constantino Reyes-Valerio.
Publicó varias obras a nivel nacional e internacional sobre manuscritos del siglo XIII, el arte indocristiano en escuelas del siglo XVI en México, los murales del siglo XVI en la Nueva España, Bonampak y el Templo Mayor, el azul maya en Mesoamérica, el arte en América y Filipinas, el arte iberoamericano desde la colonización a la independencia y muchos otros estudios más.