Puebla es un estado cuya historia y legado se liga de manera indisoluble al periodo Barroco, pero no solo en lo que hace al arte y cultura, también en el ámbito de la gastronomía.
Se caracteriza por una amplia variedad de condimentos y adornos; sus sabores son mayormente dulces. Algunos de sus ingredientes son la miel de abeja, frutos secos y un poco de mantequilla.
En este sentido, un platillo barroco que destaca en primer lugar son los chiles en nogada por su sabor y presentación.
Es un elemento representativo, que año con año se disfruta casi con un culto especial, por parte no solo de los poblanos, sino por gran parte de quienes acuden a la entidad para degustarlo.
Otro platillo, que no puede faltar, es el clásico mole poblano, que reúne una amplia variedad de condimentos con un toque dulce.
El mole que prevalece a la fecha, como un elemento indispensable en la mayoría de las celebraciones populares.
El manchamanteles poblano es un platillo barroco que se prepara para fiestas tradicionales y bodas. Es un mole con un toque frutal y un toque dulce.
Un elemento fundamental en la historia de la gastronomía barroca en Puebla, sin duda son los conventos donde surgieron, entre otros, el mole, el chile en nogada, el pipián, el rompope, el jamoncillo, las tortitas de Santa Clara.
La mezcla de dos culturas que derivó de la conquista vino acompañada de la creación de una gastronomía peculiar que prevalece a la fecha, la comida barroca que es consumida cotidianamente.