Iam Jesús es un pequeño de 1 año y 9 meses de edad que vive entre médicos, hospitales, inyecciones y quimioterapias, luego de ser diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo, a los 8 meses de nacido.

Arely Fernanda Vázquez Torres es madre de Iam Jesús y platicó con El Universal Puebla todos los cuidados que tiene con su hijo porque, en su condición, cualquier infección puede ser de riesgo para su salud.

A Iam le desinfecta sus juguetes con agua, jabón y cloro todo el tiempo; si juega con su hermanita, ella tiene que usar gel antibacterial, ponerse guantes y cubrebocas para no exponerlo.

No come carne porcina, mucho menos dulces, ni refresco. La cama se desinfecta y todos los días se le cambian sábanas y almohadas.

Tampoco puede convivir con muchos niños, deben ser pocos y previamente desinfectados y obligados a usar cubreboca.

Así deberá ser durante los 8 años que dure el tratamiento y de acuerdo a las indicaciones de los médicos oncólogos del Hospital para el Niño Poblano.

Todos los cuidados son para evitar algún tipo de infección, ya que eso retrocedería su tratamiento, pues en caso de enfermedad, tienen que suspenderlo para darle antibiótico y poder continuar con la medicación contra el cáncer.

“Mi hijo vino a hacer el cambio para bien, porque nos unió como familia, y hemos sido fuertes para enfrentar esta enfermedad”, aseguró la joven madre soltera.

Por su parte, Irma Gómez, abuelita de Iam, mencionó que no se explican por qué el nieto más pequeño de la familia sufre de esta enfermedad. Los médicos le dicen que las causas pueden ser múltiples, incluyendo hereditarias.

“Yo llegué el 11 de mayo, justo estaba lo de la pandemia, y ya no había medicamento. Llegando me pidieron unas ampolletas y agua salina para seguir el tratamiento porque no tenían.

También me pidieron un catéter externo para que le pusieran la quimio. Lo tuve que comprar en una farmacia a un costo de 2 mil 500 porque en el Hospital para el Niño Poblano ya no lo tenían”, relató.

El 15 de mayo le dijeron que el niño se quedaba internado porque necesitaba sangre y más material. Después, siguieron las quimios, pero para agosto necesita citarabina y no había, siendo el medicamento principal para el tratamiento de Iam.

Manifestó que la familia -de escasos recursos y vecinos de la colonia La Guadalupana en la ciudad de Puebla- tuvo que conseguir dinero para comprar medicamentos e insumos a fin de salvar la vida de su nieto.

Ante la falta de medicamentos en el Hospital para el Niño Poblano, en su lista de gastos se suman compra de L-asparaginasa, Vincristina y otras quimios que consiguió en la Ciudad de México con un costo de 5 mil 800 pesos cada una y en el hospital le llegaban a pedir hasta siete.

Así como una caja de 20 tabletas que le duran un promedio de un mes y tienen un costo de 2 mil 500 pesos, una pomada que cuesta 500 pesos para colocar el catéter puerto, más inyecciones, agua salina y hasta mangueras para suministrarle medicamento.

A la fecha, el pequeño lleva 4 internamientos y 6 quimioterapias ambulatorias.

“Yo doy gracias a Dios que mi niño esté ya en mantenimiento, pero hay niños que recaen porque no llevan las quimioterapias completas. En el hospital te dicen: Mamá, consígalas. Pero muchas mamás venimos de fuera, ni traemos dinero y mucho menos sabemos a dónde conseguirlas”, mencionó la abuela.

La familia de Iam coincide que el cáncer les ha dejado algo positivo: la unión familiar y la fortaleza.

De igual manera ha reforzado su fe pues ponen todas sus esperanzas y la salud del pequeño en el Niño Doctor de Tepeaca, imagen muy venerada por católicos poblanos al considerarla milagrosa.

“El 19 de julio le podrán una quimio que va a la columna para evitar que el cáncer llegue a su cabeza, solo esperamos que con la reunión con las autoridades de salud se garantice que haya medicamentos, porque si no hay quimios le estamos quitando la vida a nuestros hijos”, dijo la mamá de Iam.

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