Durante más de ocho horas, la autopista México-Puebla y otras carreteras, permanecieron bloqueadas por piperos y purificadores de agua potable, lo que desquició el tráfico en esta importante vía de comunicación y afectó a miles de visitantes y transportistas.
Caminos y Puentes Federales (Capufe) informó que en la plaza de cobro San Marcos, se registró el cierre a la circulación en ambos sentidos por presencia de manifestantes.
Este bloqueo en carreteras federales y de cuota inició este lunes 27 de octubre por dueños de pipas y de propietarios de purificadores de agua potable, quienes dijeron ser afectados por el cierre de pozos y tomas clandestinas de agua por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Para expresar su inconformidad ante las acciones tomadas por el gobierno federal, en la Ciudad de México y en otros estados, los inconformes decidieron manifestarse tomando varias vialidades que conducen al centro del país.
La toma de las carreteras afectó a los conductores de circularon por la autopista México-Puebla, lo que al mismo tiempo provocó largas filas de automovilistas y transportistas en ambos sentidos.
Poco después de las 16:00 horas, los manifestantes levantaron el paro y se restableció la circulación en dirección a la Ciudad de México, y la carga vehicular poco a poco se fue disolviendo.
Estudiantes, trabajadores, hombres de negocios, comerciantes y quienes tenían una cita médica o tenían que llegar a la capital del país para realizar algún viaje desde el aeropuerto, resultaron afectados por esta protesta que inició cerca de las 8:00 horas.
Los inconformes, además de bloquear la circulación sobre la autopista México-Puebla, también tomaron la vía México-Pachuca, así como los accesos en calles de los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl y Texcoco, en el Estado de México.
Después de varias horas decidieron levantar el bloqueo, no sin antes advertir que en caso de no llegar a una solución con las autoridades, volverán a cerrar las vialidades el próximo miércoles 29 de octubre.
Apuntaron que son un “mal necesario” porque en varios puntos de la capital del país hay habitantes que no cuentan con el servicio de agua potable de forma regular.