Enclavado en la Sierra Norte de Puebla, Cuetzalan alberga un tesoro natural único: la miel de las abejas meliponas, una especie sin aguijón autóctono de la región.

Durante mucho tiempo, esta especie permaneció oculta para el mundo, sin embargo, las comunidades indígenas de la región, la ha conservado y cultivado hasta nuestros días, utilizando técnicas que se remontan a la época prehispánica.

Los nahuas de esta región la llaman pisilnekmej que significa “abejas pequeñas”. Estas abejas se nutren de plantas como el jonote, guacamaya, huchin o zapote, es por eso que el color de la miel varía según el fruto del que se alimenten.

Esta miel es considerada especial debido a que solo se puede obtener una vez al año, especialmente durante los meses más calurosos del año, sin embargo, los productores aseguran que el clima está cambiando y eso afecta su producción.

Para la elaboración de la miel, se colocan dos ollas de barro encimadas donde las abejas meliponas comienzas a pegarlas con miel y van creando un orificio por el que entran y salen.



En este proceso, las abejas entran y salen de los recipientes con el polen recolectado y comienzan con la creación de su colonia, dándole espacios a la producción de miel, polen y cera.

Asimismo, los meliponicultores de Cuetzalan señalan que su miel tiene propiedades medicinales, pues se ha utilizado para tratar padecimientos como gastritis, úlceras gástricas y quemaduras.

Además, de que contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, aliviar la tos, tratar la anemia y, sorprendentemente, se dice que favorece la fertilidad en las mujeres.

En Cuetzalan existe un santuario dedicado a la preservación, manejo y exhibición de la abeja sin aguijón. Este lugar abre sus puertas al público para que más personas puedan conocer el cultivo de esta miel, e incluso comprarla.

Si quieres visitar el santuario puedes contactarlos a través de su página de Facebook “Santuario de abejas sin aguijón” o enviar un mensaje de WhatsApp al 233-115-8080

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