El estado de Puebla alberga uno de los tianguis más antiguos de Latinoamérica, un espacio comercial que ha resistido el paso del tiempo durante más de 500 años. Este mercado ancestral, que aún conserva prácticas como el trueque, es un testimonio vivo de la historia y la identidad comercial de México.
Se trata del tianguis ubicado en el municipio de Tepeaca, considerado no solo el más importante de la entidad, sino también uno de los más grandes del país y de la región latinoamericana. A continuación, te contamos más sobre él.
El tianguis de Tepeaca se instala todos los jueves por la tarde y la madrugada del viernes, reuniendo a más de 10 mil vendedores que ofrecen productos de todo tipo: ropa, calzado, juguetes, comida, herramientas, telas, semillas, animales y más. Todo con la promesa de cumplir con la clásica fórmula de las tres “B”: bueno, bonito y barato.
Además de los productos comunes en cualquier mercado, Tepeaca se distingue por su tianguis del trueque, una zona donde las personas intercambian maíz por calabazas, tortillas por zapatos, o prendas por guajolotes, sin necesidad de dinero.
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El origen del tianguis de Tepeaca se remonta a la época prehispánica, cuando este tipo de comercio ya se practicaba en Mesoamérica. Sin embargo, fue con la llegada de los españoles y la fundación de Tepeaca como Villa Segura de la Frontera el 4 de septiembre de 1520, cuando el tianguis adquirió un carácter más formal.
Documentos históricos, como los Anales de Quauhtinchan, relatan cómo los mexicas impusieron el traslado del mercado a Tepeaca, generando conflictos con otros pueblos. Desde entonces, este espacio comercial ha sido parte esencial del tejido social y económico de la región.
El tianguis se encuentra a 35 kilómetros de la ciudad de Puebla, sobre el Camino a San Pablo Actipan, a tan solo 15 minutos del centro de Tepeaca. Cada viernes desde las 6 de la mañana, este espacio cobra vida con miles de personas que llegan a comprar, vender o intercambiar productos, muchos de ellos provenientes de municipios cercanos o incluso de otros estados.
Además de visitar el tianguis, Tepeaca ofrece atractivos culturales y religiosos. Uno de los sitios más emblemáticos es la parroquia del Niño Doctor, una figura religiosa a la que acuden miles de fieles cada año. También destaca el Museo de Historia de Tepeaca, ubicado en la antigua casona donde Hernán Cortés firmó la segunda de las Cinco Cartas de Relación en 1520.
Este museo, aunque pequeño, alberga piezas prehispánicas y coloniales, armas, documentos y elementos visuales que narran la historia del municipio. Una de sus curiosidades es una proyección natural “de cabeza” del zócalo que se refleja en una pared, gracias al diseño de sus puertas y la luz solar.
A pesar de los retos que enfrentan los mercados tradicionales—como el crecimiento del comercio digital, el pirataje y la falta de apoyo gubernamental—el tianguis de Tepeaca ha logrado mantenerse firme por más de cinco siglos. Para muchas familias, sigue siendo una fuente de ingresos y una manera de conservar prácticas comerciales ancestrales.
Hoy en día, el tianguis no solo es un espacio de intercambio económico, sino también un símbolo de resistencia cultural y comunitaria. Quienes lo visitan no solo buscan buenos precios, sino también una conexión con sus raíces.