Los poblanos se han acostumbrado a vivir con el volcán Popocatépetl, que en diversos momentos les recuerdan que es un volcán activo, pero para los visitantes y turistas les causa un poco de temor y hasta curiosidad, incluso se cuestionan qué hay dentro del volcán.

Se trata del coloso que abarca territorio de tres estados: Estado de México, Morelos y Puebla, siendo éste último el que tiene mayor parte de su superficie.

Además de ser uno de los volcanes más activos en el país, también es uno de lo más monitoreados las 24 horas de los 365 días del año con diversas cámaras de video instaladas desde diferentes puntos.

Los estudios hechos por especialistas del refieren que el volcán Popocatépetl, que de náhuatl a español significa Montaña que Humea, es un estratovolcán, lo que significa que en su interior existen diversas capas que van alternadas de lava, cenizas y material volcánico.

En su interior se tiene identificada una cámara magmática, es decir, un espacio donde se acumula el magma antes de una erupción, las cuales pueden ser ligeras y se representan con la liberación de gases y cenizas e incluso lava, pero ya en los casos más extremos puede arrojar flujos piroclásticos y densas nubes de humo y gases.

También refieren que el volcán estuvo activo por más de medio millón de años y representó varias etapas de crecimiento que formaron al menos otros tres volcanes anteriores a él.

Por eso, para los especialistas el volcán Popocatépetl, en caso de entrar en erupción de forma intensa, sería de los más peligrosos para las comunidades que le rodean, porque la lava podría salir desde el cráter como de sus paredes laterales y arrasar con todo lo que encuentre a su paso a no menos de 100 kilómetros del cráter.

En tanto, investigadores del Instituto de Geofísica (IGF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recientemente dieron a conocer algunas pruebas obtenidas mediante el entrenamiento de un sistema de Inteligencia Artificial (IA).

Con ello lograron identificar pequeñas señales sísmicas generadas dentro de Don Goyo -como también los pobladores nombran al Popocatépetl-, y esperan complementar la tomografía de ruido ambiente que actualmente realizan de su interior.



Las primeras imágenes muestran la estructura interna del volcán hasta a 10 kilómetros de profundidad, es decir, 5 kilómetros sobre el nivel del mar y 5 debajo de este.

En ellas se aprecia el edificio completo del volcán, cada punto indica la sismicidad y los colores, las anomalías, que se refieren a zonas donde las ondas sísmicas se propagan con mayor velocidad. También tienen una imagen completa de la estructura horizontal y la profundidad del volcán.

Indicaron que, aunque existe la teoría de que cuentan solo con una cámara magmática, la realidad de lo que se observa en el Popo es que no es un cuarto o una esfera, sino que el material se mueve por distintos espacios o conductos que encuentra entre las fracturas de las rocas.

Ahora los investigadores de la UNAM se concentrarán en el entrenamiento de un sistema de Inteligencia Artificial (IA) para identificar distintos tipos de temblores que ocurren dentro del volcán. A partir de eso, harán una nueva tomografía para tener mayor resolución y detalle de las estructuras que hay dentro.

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