Un automovilista en Puebla vivió momentos de tensión al intentar escapar de un presunto ladrón que se aferró a la ventanilla de su vehículo, dejando en evidencia la duda: ¿qué pasa si atropellas a tu asaltante en México? La ley mexicana contempla la legítima defensa, pero establece límites claros sobre cuándo y cómo se puede aplicar, y te lo explicamos a continuación.
El sábado 20 de septiembre, un automovilista y su acompañante circulaban cerca del Parque Ecológico en la ciudad de Puebla cuando un hombre, aparentemente bajo los efectos de alguna sustancia, se colgó de la ventanilla del copiloto en un intento de robo. El incidente ocurrió sobre la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, a la altura de la 26 Sur, mientras el semáforo estaba en rojo.
En el video del incidente se observa al presunto ladrón, calvo y con playera azul tipo polo, sosteniéndose fuertemente de la ventanilla. El conductor, manteniendo la calma, le pide varias veces: “¡Quítate, quítate!”. A pesar de la tensión, no aceleró para no poner en riesgo la vida del agresor. Tras unos metros, el sujeto perdió el equilibrio, soltó la ventanilla y el conductor aprovechó para alejarse de la escena.
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La legítima defensa es una causa de justificación reconocida en el derecho penal mexicano que permite a una persona actuar en defensa propia o de terceros sin ser penalmente responsable, siempre que se cumplan ciertos requisitos:
Esta figura está reconocida en el Código Penal Federal desde 1931, específicamente en el artículo 15, fracción IV. Según este artículo, se presume defensa legítima cuando se causa daño a quien intente penetrar, sin derecho, al hogar del agente, de su familia o dependencias. Sin embargo, no se trata de un “derecho absoluto”. Incluso en casos de legítima defensa, las autoridades deben investigar los hechos, y será un juez quien determine si se cumplen los requisitos legales.
Aunque un automovilista pueda estar enfrentando un intento de robo, atropellar al agresor puede exceder los límites de la legítima defensa, especialmente si la acción no es proporcional o si existe otra manera de escapar del peligro. En el caso registrado en Puebla, el conductor optó por maniobras prudentes para liberar al presunto asaltante sin causarle daño grave, evitando complicaciones legales.
Especialistas en derecho penal recomiendan:
El caso del Parque Ecológico evidencia la importancia de mantener la calma y actuar con prudencia, respetando los límites de la ley. Aunque la legítima defensa protege a quienes enfrentan un ataque, la proporcionalidad y la necesidad de la acción son clave para determinar la responsabilidad legal.