Rompieron la constante. En Puebla, los jueces no se caracterizan por otorgar la pena máxima a los delincuentes cuando son procesados. Sin embargo, en dos casos rompieron el paradigma, lo cual fue reconocido por familiares de las víctimas y la opinión pública.
Ambos fueron hechos mediáticos que causaron la indignación de la sociedad poblana.
Cuando se creía que los jueces iban a fallar a su favor, la justicia se hizo presente. Uno de los casos fue el de los dos feminicidas de Nazaria Iraís.
El 24 de septiembre del 2017, la mujer conducía su taxi por el municipio de San Pedro Cholula. En la junta auxiliar Santa María Acuexcomac, tres sujetos que iban de pasajeros la amagaron para asaltarla.
Como se negó, los hombres que en ese entonces tenían 18 años de edad, la ahorcaron con un cordón y la violaron. Tras asesinarla, los sujetos ataron su cadáver y lo metieron a la cajuela de su propia unidad.
El 2 de octubre de ese mismo año las autoridades detuvieron a Pedro, Juan Manuel y Dylan, quien posteriormente quedó libre porque la autoridad judicial no halló pruebas suficientes en su contra.
El pasado 30 de marzo Pedro y Juan recibieron la pena máxima de 60 años de cárcel por el delito de feminicidio.
El otro caso fue el de los estudiantes de medicina y el conductor de plataforma asesinados en Huejotzingo.
El 23 de febrero del 2020 acudieron al carnaval y posteriormente pidieron el taxi ejecutivo para regresar a la capital. El 24 de febrero Ximena Quijano Hernández, de 25 años y José Antonio Parada Cerpa, de 22, originarios de Colombia, así como Francisco Javier Tirado Márquez, de 22, fueron asesinados y sus cadáveres abandonados junto con el taxista.
Pablo y Ángel, responsables de los homicidios, recibieron el pasado mes de abril la sentencia máxima de 68 años de prisión por dicho delito.