La contingencia sanitaria también causó estragos en el transporte público porque ocho de cada 10 rutas son “piratas” y además hay concesionarios endeudados.

A esto se suma la desaparición de derroteros por la poca afluencia de usuarios durante el confinamiento, situación que complicará la movilidad ante el eventual regreso a las escuelas en agosto próximo.

En entrevista con El Universal Puebla, el líder de Enlace Transporte de Puebla, Samuel Méndez Díaz, -que agrupa a 27 rutas diferentes en la capital del estado- reveló que tan sólo en su organización, los concesionarios enfrentan 22 procedimientos legales por atrasarse con los pagos para financiar el cambio de unidades.

“Ya para modernización no hay dinero, apenas si estamos sacando hasta para prestar el servicio, porque no hay cómo”, dijo.

Él y varios de sus compañeros –señaló- están de acuerdo con el reordenamiento de rutas que anunció el gobierno del estado, ya que cerca del 83 por ciento de las que desaparecieron o tuvieron poca demanda, cubren ahora otros derroteros, aunque la concesión no se los permita, por lo que técnicamente estarían catalogados como “piratas”.

Para evitar irregulares, sugirió que la Secretaría de Movilidad y Transporte otorgue permisos para rutas temporales, a fin de no abonar más al caos que se ha desatado tras la emergencia sanitaria y que podría aumentar cuando se reanuden las clases presenciales.

Méndez Díaz aseveró que han planteado a las autoridades que sean la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) las encargadas de hacer estudios de movilidad para conocer puntos de origen y destino, que les permita el reordenamiento.

El integrante de la Coordinadora del Transporte Público y Mercantil, Arturo Loyola González, se pronunció a favor de que se estudie qué necesidades surgieron por la contingencia sanitaria y cómo poder cubrir la demanda para no afectar a los usuarios, pero tampoco a los transportistas.

Desconoció si existe corrupción en la dependencia como el gobernador Miguel Barbosa acusó, pues dijo que se han concentrado más en no desaparecer o quebrar con los efectos de la pandemia.

Los usuarios

Norma Palacios evita subirse a las unidades del transporte público y prefiere irse en taxi para evitar un posible contagio. “Hubo ocasiones en las que a lo mejor no van colgados, pero sí muy llenos, traen a mucha gente parada, cuando se supone que sentados iba uno sí, uno no, y vienen todos de corridito y mejor opté por el taxi”, dijo.

Leonardo Torres se ha confundido por el cambio de rutas que lo han hecho extraviarse, además de que la reducción del horario del servicio le ha afectado al grado de tener que caminar más de una hora para regresar a su casa desde su trabajo -cerca de los límites con Tlaxcala- hacia a la China Poblana.

Por eso aseguró estar de acuerdo con el reordenamiento de rutas en la ciudad, ya que considera que esto le permitirá no transbordar en más de dos ocasiones y mejorar los tiempos de traslado.

El subdirector de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), Anuar Musalem, también se pronunció a favor del reordenamiento de las rutas del transporte público, pero antes dijo que es necesario hacer un estudio para conocer el perfil del usuario, los cambios en los viajes durante la pandemia y las necesidades de quienes retornarán a clases presenciales.

El especialista en movilidad indicó que no se han hecho estudios desde 2010, pero éstos, además, fueron parciales.

Consideró que no está mal pensar en la modernización, pero se tendría que optar por profesionalizar el servicio, a fin de capacitar a los conductores de las unidades y evitar el mal servicio que denuncian los usuarios.

El 13 de abril pasado, el gobernador anunció que modernizarán las unidades del transporte público y revisarán las concesiones para reordenar el transporte público, ya que la Secretaría de Movilidad y Transporte era una “cuna de corrupción”.

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