Una de las hermosas zonas arqueológicas que posee el estado de Puebla es la de Yohualichan, que se localiza a 11 kilómetros del municipio de Cuetzalan, en la Sierra Norte.

Tiene su origen en la lengua náhuatl que significa “Casa de la noche” y sus construcciones presentan rasgos similares a las de El Tajín, que fue fundada por la cultura totonaca y que se localiza en el estado de Veracruz.

La distancia que hay entre ambas zonas son 85 kilómetros, más o menos 2.5 horas, pero son más las características que las unen.

Los guías de Yohualichan comentan que después de los totonacos llegaron los nahuas a saquearla, por lo que la primera civilización tuvo que emigrar y edificar El Tajín.

Por eso es que ambas zonas arqueológicas comparten la misma simetría, además de que sus pirámides tienen nichos y hay áreas donde se practicaba el juego de pelota.

Datos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) refieren que el nombre de Yohualichan ha sido interpretado como “La casa de la noche”, designación de origen nahua que quizá esté asociada a la profusión de cavernas en la región, las cuales pudieron ser el modelo, estilizado de los nichos que caracterizan a las estructuras en el sitio.

Al nombre de Tajín se le han dado varios significados, en totonaca como "el gran humo", "el trueno" (que se manifiesta en tres formas, una de ellas es síkulan), o Tajín, que se cree, significa la "descarga que fulmina a los árboles, que mata a los hombres y que antecede al relámpago, al gran fulgor" o "la casa de los truenos".

La importancia de Yohualichan reside en que fue el primer asentamiento totonaco, el cual tuvo un periodo de apogeo y gran desarrollo alrededor del 600 de nuestra era, hasta el abandono del sitio para emigrar a lo que hoy se conoce como El Tajín.

Hoy, el Tajín es el segundo centro ceremonial de los totonacos, que después emigración a Cempoala hasta el encuentro con los españoles en el siglo XVI.

En Yohualichan se pueden presenciar los inicios de una corriente arquitectónica en los edificios ceremoniales como son la inclusión de los tradicionales nichos que han sido característicos de la cultura totonaca.

En tanto, el Tajín es la ciudad prehispánica mesoamericana más importante de la costa norte de Veracruz. Su influencia abarca las cuencas de los Ríos Cazones y Tecolutla desde la Sierra Norte de Puebla, donde su influencia se aprecia claramente en la zona arqueológica de Yohualichan, hasta la planicie costera del Golfo de México.

Desde el punto de vista urbanístico, en El Tajín se privilegiaron los grandes espacios abiertos delimitados por templos y desniveles, además de las decoraciones con nichos, relieves y pintura mural.

Uno de las construcciones más interesantes es la llamada Pirámide de los Nichos, llamada así porque los tableros que componen sus fachadas fueron decorados con nichos que hacen un total de 365, razón por la cual ha recibido atención de los estudiosos en calendarios y cosmovisión mesoamericanos.

El Tajín es la ciudad con mayor número de juegos de pelota, pues tiene 17, lo que ha sido interpretado como una necesidad ante la diversidad cultural.

Ubicación

Yohualichan está a 165 kilómetros de distancia de la ciudad de Puebla y se puede llegar por la supercarretera Puebla-Xalapa, en donde existe una desviación a Cuetzalan del Progreso.

El acceso directo al sitio es por una desviación a 12 kilómetros de Cuetzalan sobre un camino empedrado. Está abierto al público martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas, con un costo de 75 pesos por persona.

En el caso de El Tajín, existen cinco accesos principales: por el sureste (viniendo de Veracruz, Veracruz), por el norte (viniendo de Tampico, Tamaulipas), por el oeste (viniendo de la Cuidad de México), por el suroeste (viniendo de la ciudad de Puebla, Puebla) y por el sur (viniendo de Xalapa, Veracruz).

Cualquiera que sea la ruta, se toma la carretera estatal que conduce a la comunidad de El Chote, son aproximadamente 10 kilómetros hasta donde se encuentra la entrada de la zona arqueológica.



Está abierto al público de lunes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas, y tiene un costo de 95 pesos.

Para Javier Omar Ruiz Gordillo, arqueólogo con más de 30 años estudiando ambas zonas arqueológicas, tanto Yohualichan como El Tajín son dos ciudades íntimamente relacionadas que comparten mucho mas que el nicho, una cultura, una región y un sistema.

Entre los elementos muy parecidos entre sí están la cerámica y representaciones de personas o personalidades en estuco.

La arquitectura en las dos zonas es muy similar, pero también hay una identidad étnica muy pura y fuerte, donde la gente es nahuatl y sabe que sus antepasados construyeron Yohualichan, y en el caso del Tajín existe una identidad totonaca y no se preocupan por quién lo hace, sino quién tiene hoy la posesión étnica de los edificios.

Mientras que en las diferencias señala que el Tajín tiene mil 230 hectáreas como perímetro protegido.

Dentro de ese perímetro existen cuatro o cinco comunidades, además de carreteras, instalaciones y gasolineras.

En Yohualichan apenas hay poco más de 40 hectáreas, y dentro de ese perímetro un pueblo, pero la singularidad es que ese pueblo ha permanecido mil 600 años, y en El Tajín no, pues está ocupado desde el año 200 y hasta 1200 D.C. y después quedó abandonado.

En la zona que le corresponde a Puebla existe un grupo de vendedoras indígenas que ofrecen a los visitantes canela, flores, piedritas de fuego, pinole y artesanías hechas con materiales de la región, mientras que en El Tajín se comercializan llaveros con la forma de la pirámide con una leyenda que dice “made in Taiwán”.

Para Ruiz Gordillo, Yohualichan “no está contaminada” y la población vive cotidianamente su pasado, la gente continúa sembrando como en la época prehispánica, a diferencia del Tajín, donde a pesar de ser un sitio muy grande, ha perdido esta consistencia de convivencia con la comunidad.

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